El Hospital Universitario Puerta del Mar de Cádiz ha realizado los tres primeros trasplantes renales robóticos de Andalucía, por lo que se sitúa "a la vanguardia de la cirugía robótica nacional y europea", según el consejero de Sanidad de la Junta, Jesús Aguirre, "ya que es el primer centro fuera de Cataluña en incorporar esta técnica, tan solo ofrecida en cuatro catalanes, 10 a nivel europeo y, en el mundo, en ciertos centros de Estados Unidos e India".
Jesús Aguirre acudió al Hospital Universitario Puerta del Mar acompañado de la delegada del Gobierno regional, Ana Mestre; la delegada territorial de Sanidad, Isabel Paredes; la delegada de Servicios Comunes, Vivienda y Salud del Ayuntamiento de Cádiz, Eva Tubío; el equipo directivo de este centro sanitario, con su gerente, Sebastián Quintero, a la cabeza así como el jefe de su Servicio de Urología, el doctor José Luis Álvarez-Ossorio; el coordinador provincial de trasplantes, Antonio Gordillo; y el coordinador de trasplantes en este hospital, Mikel Celaya.
Este hospital tiene previstas cinco intervenciones más de este tipo que se añaden a las tres realizadas con éxito desde que empezara el programa de trasplante renal robótico, el pasado 15 julio de 2021. Para ello, el equipo quirúrgico del Servicio de Urología del Hospital Universitario Puerta del Mar tuvo un periodo de formación exhaustiva con estancias en la Academia Orsi y el Hospital UZ de Gante (Bélgica), con el doctor Karel Decaestecker; en el Hospital Clínic de Barcelona, con los doctores Antonio Alcaraz y Mireia Musquera; y en el Centro de Cirugía de Mínima Invasión Jesús Usón de Cáceres, con modelos de simulación animal.
La enfermedad renal crónica es una entidad en aumento en la población, fundamentalmente por el aumento de la incidencia de patologías cardiovasculares y de diabetes, con una prevalencia de más de 1.000 enfermos por cada millón de habitantes. Sin limitación relativa a la edad, el trasplante renal se considera el tratamiento de elección para pacientes con enfermedad renal terminal, ya que aumenta claramente la supervivencia global del paciente e incrementa, indudablemente, su calidad de vida frente al tratamiento alternativo, la hemodiálisis.