Este artículo es fruto de un proyecto liderado desde el canadiense Ottawa Hospital Research Institute y la EQUATOR Network. El doctor Ferrán Catalá-López, que es científico titular en el Departamento de Planificación y Economía de la Salud de la Escuela Nacional de Sanidad, y uno de los autores de este trabajo, explica que analizaron "una muestra aleatoria de 200 publicaciones científicas de diferente tipo (50 sobre ensayos clínicos, 50 sobre investigaciones en animales, 50 sobre revisiones sistemáticas y metanálisis, y otras 50 sobre evaluación económica)".

Según los resultados, el cumplimiento de las guías que rigen la comunicación y publicación de las investigaciones científicas es más alto en el caso de los ensayos clínicos, ya que dos de cada tres de los estudios analizados en este ámbito (32 de 50, un 64%) cumplen con la Guía CONSORT de manera correcta e informarían bien de los métodos y los resultados. Sin embargo, este porcentaje es mucho más bajo en el caso de las revisiones sistemáticas y los metanálisis (que analizan el conjunto de estudios ya publicados previamente), que cumplen con la Guía PRISMA en el 22 por ciento de los casos (11 de 50 estudios).
Conocimiento disponible
En todo caso, los investigadores reseñan que "un tercio de las publicaciones sobre ensayos clínicos y tres de cada cuatro revisiones sistemáticas y metanálisis (que deberían permitir acumular el conocimiento disponible), no cumplen de manera apropiada con las recomendaciones para una interpretación completa y transparente de los hallazgos científicos".En otro tipo de investigaciones, "los resultados son también preocupantes", alerta el ISCIII. En los estudios sobre modelos animales analizadas, solo un tercio (14 de 50, un 28%) utilizan de manera apropiada la guía de referencia para este tipo de estudios, ARRIVE, mientras que solo 21 de las 50 (un 42%) de las publicaciones analizadas sobre estudios de evaluación económica (coste-efectividad) siguen correctamente las recomendaciones de la Guía CHEERS.