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El hígado graso es diferente en ambos sexos

Según una investigación del CIBEROBN

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Un estudio llevado a cabo en modelo animal ha descubierto que el hígado graso es diferente en ambos sexos, un hallazgo que supone "un paso más hacia la Medicina Personalizada al introducir la variabilidad intersexos en una enfermedad tan prevalente como lo es hoy el hígado graso", según constata el jefe de grupo del Centro de Investigación Biomédica en Red de Obesidad y Nutrición (CIBEROBN), el doctor Jesús de la Osada.

Respecto al hígado graso no alcohólico, los investigadores resaltan que "está alcanzando prevalencias del 30 por ciento en ciertas poblaciones occidentales; una alta incidencia, originada por un consumo continuo de alimento, la alta ingesta de grasa saturada o/y azúcares refinados, entre otros, que acarrea muchas consecuencias, ya que supone una interrupción del metabolismo hepático originando el desarrollo de un amplio abanico de enfermedades metabólicas, como diabetes, obesidad, esteatosis hepática y enfermedades cardiovasculares".

Teniendo en cuenta que en estudios previos, llevados a cabo en el año 2009 también por el grupo de Jesús de la Osada, descubrieron que la proteína Cidec/Fsp27, encontrada con anterioridad en el tejido adiposo, estaba asociada a los cambios en el contenido de la grasa hepática, los investigadores decidieron dar un paso más en su estudio abordando su expresión hepática en diferentes condiciones dietéticas y en ambos sexos.
Con dieta occidental
Tras alimentar durante 11 semanas a animales de ambos sexos con dieta occidental, rica en colesterol y grasa saturada de palma, observaron que los animales de sexo femenino mostraron niveles más bajos de expresión hepática de la proteína Cidec/Fsp27, que es la que determina el crecimiento de las gotas de grasa hepática, que los de sexo masculino cuando fueron alimentados con dietas occidentales; un resultado que se tradujo en una menor cantidad de Cidec/Fsp27 en gotas de lípidos y microsomas.

Los investigadores del CIBEROBN pudieron mostrar que son las hormonas del ovario las responsables de este fenómeno, ya que desaparecía tras el proceso de castración. Además, durante el estudio, pudieron comprobar también que una proteína supercontroladora, denominada PGC1a, está también implicada, ya que, en los animales que carecían de ella, comprobaron que desaparecían las diferencias de sexo de expresión de Cidec/Fsp27.