Condenada una técnico de laboratorio de Zaragoza por crear falsos positivos de tuberculosis

Sentencia confirmada por el Tribunal Supremo

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La Sala Segunda del Tribunal Supremo ha confirmado una condena de cinco años de prisión para una técnico superior de laboratorio del Hospital Universitario Miguel Servet, de Zaragoza, por delitos de riesgo y de falsedad en documento público, por haber manipulado muestras del centro médico mediante la inoculación de líquido procedente de una cepa de tuberculosis, que originaron falsos positivos en dicha enfermedad a varios pacientes.

"La mujer actuó movida por el resentimiento y despecho derivados de haber sido cambiada de puesto de trabajo", según la sentencia de la Audiencia de Zaragoza, ratificada tanto por el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Aragón como ahora por el Tribunal Supremo.

Esta mujer, cuyo recurso de casación rechaza íntegramente el Alto Tribunal, deberá indemnizar al Servicio Aragonés de Salud con 8.473 euros por gastos derivados del delito, y a cinco pacientes en cantidades que oscilan entre los 150 y los 1.210 euros, por daños morales.
"Maldad extrema"
El Alto Tribunal destaca que el TSJ de Aragón respetó "escrupulosamente las pruebas" y descarta que "las plurales coincidencias que confluyen señalando unívocamente a la recurrente sean fruto de una casualidad o de una confabulación tramada, sin motivo aparente alguno, por algunos de sus colegas". Además, añade que "los indicios, conectados entre sí, son concluyentes".

Asimismo, el Tribunal Supremo destaca que la Audiencia de Zaragoza argumentó motivadamente la imposición de la pena máxima (dos años de prisión) prevista para el delito de riesgo. Así, recuerda el argumento de dicha Audiencia: "no se considera procedente otra pena inferior en extensión en atención a la extraordinaria gravedad objetiva de los hechos y la maldad extrema puesta de manifiesto por la acusada, que, con su actuación, puso en riesgo de contagio de tuberculosis a las personas que desarrollaban su trabajo en la Sección de Micobacterias y quebrantó las normas más elementales de ética y deontología profesional en un ámbito tan esencial como la Sanidad Pública".