
Algunos de los estudios mencionados están relacionados con la mejora de la salud de determinados colectivos sociales como las mujeres o la infancia. De este modo, se abordará el tratamiento del dolor en los pacientes menores de 18 años y se investigarán temas como la prevención del parto pretérmino en madres de riesgo o el síndrome de ovario poliquístico, y se trabajará para mejorar las técnicas de reproducción asistida.
Dentro de los 51 proyectos financiados, los ensayos clínicos se emplearán además para la comprobación científica de la eficiencia de determinadas acciones sanitarias sobre la salud de los pacientes, con el fin de ajustar y mejorar los resultados de estas. Así, se realizarán, por ejemplo, seguimientos de personas que han sido sometidas a un trasplante de riñón, hígado y corazón o de pacientes de lupus tratados con anticuerpos. Asimismo, se avanzará en el conocimiento sobre nuevas técnicas y avances asistenciales relacionados con tratamientos con células madre o con productos farmacológicos innovadores y se llevarán a cabo estudios comparativos que permitan comprobar las ventajas e inconvenientes de cada uno de estos avances para garantizar su seguridad y eficacia.