Nunca es una buena noticia que un periódico cierre. La pluralidad de medios mantiene, al menos, la posibilidad de una pluralidad de voces, pero ante todo somos empresas que necesitan ser viables y, a pesar de mucho esfuerzo y sacrificio, Acta/Espacio Sanitario no lo es.
Cuando hace cinco años asumimos la dirección de Acta Sanitaria sabíamos que nos enfrentábamos a una tarea difícil. Barbizon era una empresa pequeña, familiar, que pugnaba con los demás en noticias, pero sin los recursos con los que contaban los grandes grupos editoriales de la competencia. La crisis del sector y de la publicidad nos ha afectado a todos, pero no con las mismas consecuencias.
Al llegar, sabíamos que había mucho margen de mejora en diferentes campos y nos volcamos en ellos. Mejoramos la parte gráfica, ampliando las fotos y produciendo imágenes propias de los actos y eventos, mejoramos el uso de las redes sociales, aumentando el número de seguidores y de interacciones incluso por encima de otros medios e intentamos mirar más hacia el lector. Con ello conseguimos duplicar el número de visitas y mantener el tiempo de lectura por encima de los tres minutos. Desgraciadamente, eso no fue suficiente para generar más ingresos por publicidad.

El cambio de web por una más moderna, con una portada más atractiva y unas páginas más legibles en todos los dispositivos, junto al cambio de nombre a Espacio Sanitario, que definía mucho mejor las dimensiones que estábamos abarcando con reportajes y la inclusión de los pódcast de Radiología, formaban parte de esa transformación de lo que queríamos que fuera nuestro medio. Debíamos convertir en fortaleza nuestra debilidad. Al ser más pequeños podíamos ser más atrevidos, por eso, nosotros no quisimos entrar en ciertas guerras e intentamos aportar valor a lo que hacíamos. Los pódcast de Radiología, con 15.300 escuchas, son un ejemplo de que empezábamos bien el camino, pero los cambios estaban necesitando de un tiempo del que ya no disponíamos.
Nunca es una buena noticia que un periódico cierre, pero a veces no queda otra opción. No ha sido una decisión fácil, pero ha sido liberadora. Este mundo cada vez tiene menos espacio para los pequeños, y nosotros hemos sufrido las consecuencias de ello. Queda un regusto amargo, no lo podemos negar, a proyecto inacabado, pero las perspectivas no eran buenas y había que tomar una decisión ahora mejor que dentro de seis meses.
Lo más penoso ha sido dejar marchar a las personas que han estado con nosotros y que han trabajado con lealtad hasta el final: Paloma Ros, José Manuel Lozano, María Gutiérrez y Eva Zarzalejo, todos grandes conocedores del sector sanitario y cuya profesionalidad solo es superada por su valor humano.

También queremos agradecer su confianza a todos los profesionales que han compartido su saber y sus opiniones en nuestras páginas, pero especialmente a Juan Gérvas y Mónica Lalanda, que además de colaboradores han sido, son y serán buenos amigos.
Y, por supuesto, a todos los lectores que han estado con nosotros en esta aventura. Ha sido un placer.
Hasta siempre.