![]() |
José Antonio Gutiérrez, Cristina Garmendia, Agustín Gómez de la Cámara y Miguel Ángel Rubio |
Somos lo que comemos (y algo más)
El doctor Miguel Ángel Rubio, coordinador de Nutrición Clínica y Dietética del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, fue el encargado de extractar la información obtenida por DRECE en su última versión. Rubio aseguró que España ofrece mejores valores de morbi-mortalidad de lo que sería de esperar por sus factores de riesgo. Sedentarismo y abandono de la dieta mediterránea exclusiva desde la década de los 60, hacen que la obesidad sea un problema creciente. Entre los nuevos hábitos alimenticios está la irrupción de los refrescos y la bollería industrial como aportaciones perniciosas para la dieta. Por el contrario, resulta positivo que los españoles mantengan el consumo de aceite de oliva y aumenten el consumo de pescado. Los ponentes también insistieron en el problema educacional. Así, comunidades con menor nivel socioeconómico como Andalucía, Canarias o Levante, están experimentando mayores riesgos de índole cardiovascular debidos a sus pautas de nutrición.
Morir, fenómeno extraño
Morir de cáncer o enfermedad cardiovascular podría depender de la alimentación y del sedentarismo. Ese podría ser el dilema al que se enfrentan los españoles dada su larga esperanza de vida (80 años los varores, 84 las mujeres). Según DRACE IV, la mortalidad por cáncer se distribuye poblacionalmente en los decenios de la madurez en la vida de los españoles, mientras que las defunciones debidas a causas cardiovasculares se retrasan hasta edades muy tardías, adentradas en la vejez (más de 70 años). Como dijo expresivamente el doctor Gutiérrez, gracias al sistema sanitario español morirse se está convirtiendo en un fenómeno extraño ya que en España se hace de media una década más tarde que en el resto del mundo. Esto no significa que las alarmas no estén encendidas.
![]() |
José Antonio Gutiérrez, Agustín Gómez de la Cámara y Miguel Ángel Rubio |
Perseverar en la Innovación
La ministra Cristina Garmendia aprovechó la ocasión para defender las partidas destinadas a investigación, esperando que no se vean afectadas por los ajustes presupuestarios. Pidió a su sucesor en el ministerio, sea quien sea, que siga trabajando en la misma línea de los últimos años. Aseguró Garmendia que España es la novena potencia investigadora en el mundo y que ese es un valor seguro a largo plazo para contar con una economía competitiva. La ministra confió en que la innovación biosanitaria siga siendo una cuestión de Estado ajena al debate político y que España siga haciendo una gran labor tanto en investigación clínica como básica.