Agustín Rivero y Julio Sánchez Fierro |
Agustín Rivero participa en el encuentro 'Un nuevo horizonte: la atención a la cronicidad desde la farmacia comunitaria', que se celebra durante dos jornadas en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), en Santander, bajo el patrocinio del Grupo Cofares y su Instituto de Formación. Es precisamente el papel de la farmacia, por su cercanía y accesibilidad, el que el Ministerio quiere potenciar en el marco de las políticas de coordinación sociosanitaria. "Son los profesionales los que tienen que decir qué consideran que pueden hacer. El Ministerio cree que en todo el tema de la educación sanitaria, la farmacia es una herramienta francamente buena", indicó el director general.
Borrador de coordinación sociosanitaria
Rivero anunció también que, probablemente, este jueves llegue a las comunidades autónomas el primer borrador que ha elaborado el Ministerio para la coordinación sociosanitaria, en base a las recomendaciones elaboradas por el Consejo Asesor de Sanidad. En líneas generales, trata de definir los perfiles de las personas con necesidad de estos servicios, el espacio donde deben prestarse y los requisitos de los profesionales encargados de los mismos. Está previsto elaborar una cartera de servicios en atención a los procesos y a la optimización de los recursos, desde la atención primaria hasta el domicilio.
La iniciativa política viene empujada por una realidad que, sin embargo, ya se conoce hace tiempo. En 2050, el 35 por ciento de los españoles superará los 65 años y se prevé que el 85 por ciento de los mismos padezca una o más enfermedades crónicas, según los datos aportados por Rivero.
La farmacia como establecimiento sanitario
Un dato más: en 2018 habrá en España más defunciones que nacimientos. Lo subrayó en su intervención Julio Sánchez Fierro, presidente de la Comisión Permanente del Consejo Asesor del Ministerio de Sanidad, para quien "la cronicidad es una referencia básica en la reforma de todos los sistemas sanitarios, especialmente los occidentales". "La presión asistencial", dijo, "habrá que vincularla a los mayores con enfermedades crónicas" y será mayoritariamente por una comorbilidad que llevará en muchos casos aparejada la pérdida de la autonomía personal con la consiguiente necesidad de asistencia social.
Ante este panorama, Sánchez Fierro defendió vivamente el papel de la farmacia como agente sanitario y alentó a los farmacéuticos a debatir "y nosotros qué, y nosotros cómo y nosotros cuando", pero entendió que la discusión sobre competencias no debe convertirse en un cajón desastre. "Dónde están los límites de la imaginación", se preguntó enigmático. Para él, el referente es "la farmacia como establecimiento sanitario. El dato económico no puede convertirse en la premisa principal". El futuro que prevé para el sector es el del "profesionalismo en una farmacia viable".