El CIBEROBN descubre un nuevo sistema de regulación de la grasa parda, clave en la batalla contra la obesidad

"La mecha que enciende la combustión de la grasa parda está en el cerebro", aseguran investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición, CIBEROBN, que han logrado demostrar, por primera vez, que la administración de la proteína llamada BMP8B en la región cerebral del hipotálamo activa la grasa marrón, nuestro sistema de calefacción natural que "quema calorías".

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Imágenes tomadas con una cámara térmica
Imágenes tomadas con una cámara térmica
que muestran el efecto de la administración
central de BMP8B sobre la temperatura del
tejido adiposo pardo en ratas. La rata tratada
con BMP8B tiene mayor temperatura en dicha
zona, lo que indica una mayor activación
de la termogénesis
 Migue López
Dr. Miguel López 

El descubrimiento en roedores de este nuevo mecanismo de regulación del tejido adiposo pardo, realizado por los grupos del CIBEROBN NeurObesidad de la U. de Santiago de Compostela, dirigido por el Dr. Miguel López, y el de Biología Molecular y Regulación Génica del Tejido Adiposo y sus Patologías de la U. de Barcelona, liderado por el Dr. Francesc Villarroya, en colaboración con otros equipos de Iowa, Estocolmo y la coordinación general del de la Universidad de Cambridge, han logrado demostrar que la administración, en animales de experimentación, de una proteína conocida como la BMP8B en la región cerebral del hipotálamo, activa el tejido adiposo marrón y enciende el interruptor del radiador de las calorías abre la vía a la industria farmacéutica y al desarrollo de medicamentos que ayuden a controlar la masa corporal en humanos.

 

El estudio, publicado en el número de mayo de la revista Cell, especializada en biomedicina y biología molecular (http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0092867), constituye una importante diana terapéutica contra la obesidad en humanos y abre la puerta a la creación de fármacos que ayuden a controlar la masa corporal.

 

Binomio cerebro-grasa parda

 

Las proteínas morfogenéticas óseas son factores de crecimiento que pertenecen a la familia del TGF y tradicionalmente han estado implicadas en la formación del hueso, cartílago y tejido conjuntivo. Sin embargo, los resultados de este trabajo demuestran, por vez primera, que la BMP8B se expresa en niveles elevados en el tejido adiposo pardo y en el hipotálamo, modulando aspectos clave de la termogénesis, como la capacidad de dicho tejido a quemar grasas. "La relevancia de estas acciones queda marcada por el hecho de que los ratones carentes de BMP8B (creados para este estudio) son marcadamente obesos, a pesar de tener una ingesta de alimentos reducida, cuando se les compara con roedores normales. Hecho que se debe a que tienen una menor capacidad para quemar grasa en el tejido adiposo marrón", sostiene el Dr. Miguel López.

 

En los últimos tres años se ha demostrado que uno de los mecanismos que subyace en la epidemia de la obesidad es un mal funcionamiento del tejido adiposo pardo. Contrariamente al blanco (la grasa típica) el pardo no almacena lípidos, sino que los oxida para obtener energía que se disipa en forma de calor atendiendo al fenómeno de la termogénesis. Esto explica que el tejido adiposo marrón ayude a quemar más calorías y produzca calor corporal a partir de las grasas. Es por ello que la grasa parda ha llamado poderosamente la atención como posible diana terapéutica en el tratamiento contra la obesidad.

 

Tras haberse constatado que la grasa parda se encuentra metabólicamente activa en nuestro organismo y existen otras vías de estimulación, los investigadores del CIBEROBN centran ahora sus avances en la posibilidad de estimular farmacológicamente o mediante nutrientes la actividad de la también llamada grasa buena o adelgazante.

 

Numerosos atributos naturales

 

En esta línea, destaca el amplio trabajo del equipo de la Universidad de Barcelona adscrito al CIBERobn, liderado por el Dr. Francesc Villarroya, con recientes descubrimientos de gran repercusión que han merecido importantes reconocimientos por parte de la comunidad científica a nivel mundial. Sobresale así el hallazgo sobre la función de la hormona FGF21, producida por el hígado como respuesta a la ingesta de alimentos, que activa la grasa marrón.

 

También destacan los avances relacionados con la hormona irisina, que estimula esta grasa con la práctica de ejercicio físico; o la detección de la presencia en este tipo de tejido adiposo de una sirtuína mitocondrial, la Sirt3, trabajo que ha sido seleccionado como uno de los mejores 20 artículos del 2011 por la revista oficial de la Sociedad Americana de Bioquímica, The Journal of Biological Chemistry, y el mejor en el área de bioenergética, de entre un total de los 4.000 publicados.

 

Las sirtuínas son moléculas determinantes en el control del metabolismo y el sobrepeso que aumentan significativamente la vida útil de un determinado número de organismos y, desde su descubrimiento, se les ha atribuido el poder de retardar el envejecimiento hasta el punto de conocerse como "el gen de la longevidad".

 

Los avances científicos en materia de grasa parda y su comportamiento en nuestro sistema endocrino suponen para el CIBERobn "un área del metabolismo que está estallando" y que podría, a medio plazo, constituir un verdadero aliado en la batalla contra el sobrepeso, la obesidad y otras enfermedades relacionadas como la diabetes tipo 2 o patologías cardiovasculares.

Grupo Francesc Villarroya
Grupo Francesc Villarroya