Desarrollar nuestras competencias emocionales mejora nuestro estado antes, durante y después de una emergencia, y además permite al profesional ayudar al paciente a gestionar el suyo propio. Bajo esta premisa nace el Grupo de gestión emocional para profesionales de Urgencias, uno de los once equipos de trabajo integrados en la Red de Expertos de Urgencias y Emergencias de Castilla-La Mancha.
Irene Moreno
La doctora Irene Moreno, coordinadora del servicio de Urgencias del Hospital de Tomelloso, que lidera el grupo de interés de la Red de Expertos, señala que “es la primera vez que trasladamos el trabajo de la gestión emocional de los profesionales sanitarios a la atención en Urgencias”, pues únicamente existía esta experiencia en España a través de sociedades privadas de profesionales, como es el caso de Andalucía donde se responde a este tipo de cuestiones a través de la Sociedad Española de Médicos de Urgencias y Emergencias (SEMES).
Composición del grupo
El grupo de Gestión Emocional está compuesto por once profesionales de distintos niveles asistenciales, Atención Primaria, Gerencia de Urgencias y Emergencias, y urgencias hospitalarias, así como una colaboradora externa que desarrolla su trabajo en la ciudad autónoma de Melilla.Desde su creación, se han mantenido varias reuniones y se ha establecido una red interactiva para que el contacto sea continuo. “Trabajamos en red y prestamos apoyo conjunto de manera permanente, además de organizar cursos de formación”, explica la coordinadora. Según Moreno, la clave es que los profesionales aprendan a ser conscientes de lo que están sintiendo en momentos que son críticos como la pérdida de un paciente, la información a familiares de malas noticias o la toma de decisiones difíciles, para gestionar sus propias emociones y redirigirlas.
La finalidad es formar a este grupo de profesionales que integran el grupo de trabajo, para que después sean ellos quienes transmitan estos conocimientos o presten apoyo en sus ámbitos de trabajo cuando surja una situación frustrante o traumática para el profesional. Las claves para poner en práctica estas actividades es trabajar emociones como la empatía o la asertividad, explica Moreno. Pero también hay que saber establecer un perímetro de “protección para que el profesional, después un momento difícil en su trabajo, cuando llegue a casa no se ponga a llorar”.
Para ello, se trabaja en dos líneas, una de ellas la de gestionar las emociones para mejorar el trato al paciente, y la segunda, tomar conciencia de los estados emocionales del profesional para redirigir las emociones diferenciando lo propio de lo ajeno.
La intensidad de las emociones en un servicio de Urgencias
El ámbito de trabajo de los profesionales de Emergencias y Urgencias es un entorno de emociones muy intensas, con momentos en los que prima la supervivencia. El ritmo de trabajo, la velocidad de respuesta y el estrés ante la posibilidad de que una persona fallezca, es muy elevado, explica la doctora Moreno. “Un auténtico caldo de cultivo de nervios y contagio emocional entre pacientes, familiares y profesionales que hay que saber gestionar”, añade.Las habilidades clínicas y los conocimientos médicos son vitales para prestar una buena asistencia al paciente. Sin embargo, sólo quienes trabajan en un servicio de Urgencias conocen la importancia de gestionar el estrés y el shock emocional que provoca cada situación vivida.
“Trabajamos con ese torrente emocional manejándolo lo mejor que sabemos”, añade Moreno. La creación del grupo de trabajo en el marco de la Red de Expertos en Urgencias avanza en el “aprendizaje de técnicas que mejoren nuestra salud emocional y nos ayuden como profesionales a mejorar nuestra manera de responder ante una situación traumática, sin que nos genere una limitación posterior”.