Entre los datos que arroja el informe destaca que uno de cada cuatro facultativos percibe que tiene algún paciente que está dejando de tomar un fármaco por motivos económicos. “Si se pregunta directamente a los ciudadanos, es complicado que admitan que han abandonado un fármaco por ahorrar. Nuestra encuesta es a profesionales pero igualmente válida para saber que hay algunas percepciones alarmantes y que es preciso actuar y adoptar medidas; está en juego la salud de la población”, aseguró el doctor Josep Basora, presidente de semFYC, en el arranque del XXXIV Congreso Nacional de esta sociedad científica.
Según los profesionales consultados, entre los grupos de fármacos en los que se ha resentido su uso o bien se ha abandonado destacan los hipotensores (11,2%), hipolipemiantes (9,2%) o antidiabéticos (6,1%). El doctor Basora recuerda que estos medicamentos están indicados en pacientes que tienen factores de riesgo cardiovascular y en los que es preciso hacer un buen cumplimiento. “De lo contrario, estarán aumentando el riesgo de tener complicaciones graves como un infarto de miocardio o un ictus”, añadió el presidente de semFYC. Otros grupos de medicamentos cuyo consumo se ha podido resentir en los últimos años son los indicados en pacientes con EPOC, asma, broncopatía crónica (2,7%) y laxantes (2%). No son los únicos. También citan los antibióticos, antidepresivos, antiagregantes plaquetarios o antipsicóticos.
Desfinanciación
Hace casi dos años el Gobierno aprobó un Real Decreto Ley de Medidas de Sostenibilidad del Sistema Sanitario, que supuso la desfinanciación de 456 medicamentos que incluyen protectores gástricos o antigripales. Sobre esta medida, que llegó poco después de que se obligara por primera vez a los pensionistas a pagar por sus fármacos, los médicos no muestran unanimidad. Están de acuerdo con ella el 57% y en desacuerdo un 38%. No obstante, hasta un 77% de los profesionales consultados cree que hay algunos grupos de fármacos que deberían seguir siendo financiados y mencionan en primer lugar a los laxantes (50,9%), seguidos de los mucolíticos (30,5%) y los antiácidos (20%).Las percepciones que recoge la encuesta coinciden, según el doctor Basora, con la posición contraria de semFYC al copago como medida de ahorro. Los resultados apuntan a que el copago reduce el consumo adecuado de medicamentos afectando al cumplimiento terapéutico con el impacto que esto último tiene sobre la salud de la población. “Creemos que ésta no es ni la mejor ni la única solución. Se pueden incrementar los ingresos implantando otras fórmulas, por ejemplo con impuestos indirectos sobre el tabaco o el alcohol, cuyo consumo está relacionado directamente con la pérdida de salud”, asegura el doctor Basora.
No son éstas las únicas propuestas en las que trabaja semFYC. “Se puede asimismo operar sobre la oferta que hace el sistema, suprimiendo lo que no aporta nada al servicio sanitario, reduciendo la variabilidad y las tecnologías de pobre o nula coste-efectividad o mejorando la coordinación e integración de servicios. Se puede hacer más en el ámbito de la desfinanciación de fármacos de baja utilidad terapéutica o trabajando la homogeneización de envases para cada principio activo”, agrega el Dr. Basora.