Acta Sanitaria (AS).- Hasta ahora, ¿cuál era el procedimiento más habitual en una amputación?
Rafael Delgado (RD).- El mayor problema que tenían los amputados era que en el momento en el que les daban el último punto en el muñón cuando les hacían una amputación, la mayoría de la gente no quería saber nada de ellos. Todo el proceso de integración o de reintegración a una vida social normal y a una vida laboral se hacía a través, fundamentalmente, de ortopedistas. En algún caso con ayuda de rehabilitadores, pero fundamentalmente a través de ortopedistas.
AS.- Además de esto, ¿qué problemas se encontraba el paciente con este procedimiento tradicional?
RD.- El enfermo amputado es un enfermo con todos los problemas del mundo. En primer lugar, problemas locales de hiperhidrosis, dermatitis, cambios de volumen del muñón, cicatrizaciones anómalas... Todos los problemas que pueda haber en una zona local, todos los amputados los tenían, unos en mayor medida y otros en menor medida. Pero, fundamentalmente, el problema está en que todas las ortesis que tenían hasta el momento son ortesis que van encajadas en el muñón, como si fuera una cazoleta, con sistemas de vacío o con sistemas hidráulicos, todos agresivos para el muñón. Con esto, conseguían deambular, pero a través de un apoyo que se realiza en isquion. No en la parte distal del fémur, donde están haciendo la carga siempre, sino en la parte de la pelvis, más cercana al eje central. Con lo cual, la sobrecarga por balanza de Pauwels en la pierna contraria y en la pierna amputada es casi cuatro veces más del peso habitual del enfermo. Y ese es el mayor problema.
"El enfermo amputado es un enfermo con todos los problemas del mundo"AS.- ¿Cómo afecta esto a su día a día?
RD.-El enfermo no aguanta andando mucho tiempo, en la mayoría de los casos necesita bastones o muletas, la sedestación, el estar sentado, es un castigo… Todos los problemas del mundo. Hay mucha gente que renuncia a llevar prótesis y prefiere ir con sus dos muletas y no llevar nada.
AS.- ¿Esto quiere decir que no se ha realizado en España una inversión o investigación suficiente para atender a estas personas?
RD.- No, yo no creo que sea por eso. Creo que ha sido siempre por una falta de interés mundial. Se suponía que una vez realizada la cirugía, era un problema que tenía que cargar con él toda la vida, pero porque no había interés, no por falta de medios. Realmente, la investigación que se ha hecho para la osteointegración en enfermos femorales, en enfermeros amputados transfemorales, es una investigación relativamente sencilla, porque se han utilizado métodos que ya estábamos utilizando en otras cirugías. No creo que haya habido falta de inversión, sino simplemente falta de interés.
"En una cirugía Keep Walking hacer un vástago integrado cuesta hora y media"AS.- Esta investigación que menciona llevó al Hospital Virgen del Mar a apostar por otra técnica, la del implante Keep Walking. ¿En qué consiste? ¿Qué dificultades tiene?
RD.- Consiste en introducir un vástago metálico, con un 98 por ciento de titanio y, ese vástago, que lleva una forma cónica y un tejido poroso que recubre ese vástago, hace una osteointegración absoluta. Es decir, siendo un material inerte, al unirse y fusionarse de una forma biológica con el hueso, llegan a ser una sola pieza. Con lo cual, el vástago transmite, a través de su contacto con el hueso, sensaciones, produce una propiocepción, un sentir propio.
AS.- ¿Qué beneficios concretos produce? ¿Cómo mejora la calidad de vida del paciente?
RD.- Pueden llegar a distinguir el suelo que pisan, tienen más información. Lo fundamental es que con este vástago ya pueden apoyar en la parte distal del fémur, lo cual significa que si hacemos una sola primera fase, en la que no hay una conexión externa, pueden apoyar con cazoletas cortas, con lo que quitamos mucho problema del muñón. En caso de haber una conexión externa, el muñón no interviene para nada. Y, además, hacemos dos cosas fundamentales. La primera de ellas es la reaxialización: volvemos a tener el apoyo donde lo teníamos cuando teníamos pierna, volvemos a mantener los ejes que teníamos previamente, ya no apoyamos el isquio, ya no levantamos cuatro veces nuestro peso, hacemos una balanza de Pauwels normal. Por consiguiente, toda esa osteoporosis que se nos ha formado en el fémur a través de años de no apoyar, de no usarlo, se corrige y vuelve a tener su densidad mineral ósea normal, a tener un apoyo normal y todas las características de una marcha con un elemento propio.

RD.- En principio, la primera casa que se empeñó en descubrir un método de este tipo es una casa sueca, Integrum, en principio la única que lo hacía en el mundo. Tenía un desarrollo bastante escaso, pero poco a poco se ha ido conociendo. Integrum tenía su problemática en el sentido de un aumento de costes y, fundamentalmente, de dificultad técnica.
Eso nos llevó a buscar alternativas. Yo estuve trabajando con ellos buscando esas alternativas que fueran, primero, más baratas y, segundo, más fáciles, con una simplicidad técnica mayor y un resultado igual o mejor que el de Integrum. Eso lo conseguimos a través del implante Keep Walking, que nos permite hacer una cirugía sencilla. En tiempo quirúrgico, en una cirugía Keep Walking, hacer un vástago integrado cuesta hora y media, en la de Integrum estaría en cuatro horas. Con lo cual se ahorran muchas cosas, sobre todo en temas de complicaciones.
En segundo lugar, la de Integrum también nos impide hacer una carga inmediata después del implante, hasta que no se tiene el conector externo, mientras que la de Keep Walking, al llevar una bola de polietileno, nos permite el apoyo inmediato. Todas estas cosas se han ido desarrollando, son muy poco conocidas, en general, y desarrollan una normalidad de la vida que yo creo que es fundamental en todo amputado.
AS.- ¿Qué otros centros lo realizan?
RD.- En España, que yo sepa, en Barcelona y nosotros. De momento, no lo está haciendo nadie más. Se está aplicando esta misma técnica en Alemania, en Serbia, en varios países de Europa. Como siempre, por desgracia, más que en España.
AS.- ¿Cree que este sistema podría extenderse?
RD.- Debería, porque tiene todas las características para ser una ayuda muy eficaz y, desde luego, para ser una ayuda de integración, para que el enfermo pierda un poco esa desazón que tiene cuando pierde una extremidad.
"Tiene todas las características para ser una ayuda muy eficaz"AS.- Hasta ahora, ¿en cuántos pacientes se ha llevado a cabo? Y, ¿con qué coste?
RD.- En total, habré hecho unos 10 ó 12 vástagos osteointegrados. En España, se hizo un primer ensayo clínico en el que participaron 40 ó 45 enfermos. Ahora, estamos con la segunda fase, la de la conexión externa, que está en estudio clínico y lo estamos haciendo también en el Hospital Virgen del Mar.
El coste total -vástago, especialización, anestesia…- es de, aproximadamente, unos 15.000 euros. Tenga en cuenta que, por ejemplo, el vástago de Integrum está en un coste quirúrgico de alrededor de entre 60.000 y 65.000 euros y, además, hay que ir a Suecia y vivir allí mientras se hace. La diferencia económica es importante.
AS.-En resumen, ¿qué déficits viene a paliar este método?
RD.- El déficit fundamental es el del muñón y el de la reaxialización. No tener que trabajar a costa del muñón y poder apoyar en nuestra parte distal del fémur como hemos apoyado toda la vida.