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'No es Sano' afirma que la inversión pública en vacunas Covid-19 suma casi 5.000 millones de euros

denuncia el abandono de las aportaciones de Gobiernos en manos de las farmacéuticas

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Las organizaciones implicadas en la campaña ‘No es Sano’ han publicado el informe 'La vacuna: un bien público global para afrontar una pandemia', el cual revela que, desde que comenzó la pandemia de la Covid-19, "la inversión pública y filantrópica solo en investigación y desarrollo de las vacunas contra la Covid-19 suma casi 5.000 millones de euros".

Esta iniciativa señala que "más de un 98 por ciento" de esa inversión pública "procede de los Gobiernos y está liderada por Estados Unidos y Alemania". "Entre las compañías farmacéuticas que más dinero público han recibido se encuentran Moderna, Janssen, CureVac y la alianza Pfizer/BioNTech. Juntas acaparan más de la mitad de esa financiación pública", añade.

Sin embargo, este documento pone de relieve que "el origen de muchas de estas vacunas está en proyectos que llevan años desarrollándose en centros públicos de todo el mundo", ya que, por ejemplo, "las investigaciones de ARN mensajero (empleadas por Pfizer, Moderna y CureVac) llevan en marcha cuatro décadas; o el caso de AstraZeneca, que fue una de las más rápidas en desarrollarse gracias a los ensayos clínicos con otro coronavirus que ya se habían realizado previamente en la Universidad de Oxford".

"A pesar de que, en los inicios de la pandemia, muchos Gobiernos insistieron en que las vacunas debían considerarse bienes públicos globales, ni los Estados, ni las agencias financiadoras han hecho valer este esfuerzo. Los contratos de financiación no incluyen condiciones que garanticen aspectos tan relevantes como que las vacunas producto de esa inversión pública tengan un precio justo o que esté asegurado el acceso completo a los datos", declara este informe.
Precios según el mercado
‘No es Sano’ denuncia que "todo ese conocimiento ha terminado en manos de las compañías, que tienen licencias exclusivas e imponen la confidencialidad sobre todo tipo de acuerdos de producción y distribución alcanzado con Gobiernos y organismos internacionales".

A esto, este documento añade que los laboratorios "definen los precios de las vacunas según las reglas del mercado". "En el caso de Pfizer, por ejemplo, estos oscilarían entre siete dólares que paga Túnez, frente a los 47 dólares de Israel y que podría haberle dado acceso preferencial a las dosis. La vacuna de Moderna oscila entre los 15 y los 37 dólares por dosis; la de AstraZeneca alcanza 2,9 euros en la Unión Europea (UE), pero otros países, como Sudáfrica y Uganda, han pagado 5,25 y siete dólares, respectivamente".

El informe 'La vacuna: un bien público global para afrontar una pandemia' advierte de que "son necesarios casi 12.000 millones de dosis para cubrir al 75 por ciento de la población mundial y, hasta ahora, las farmacéuticas no están pudiendo asumir dicha producción". En la actualidad, concluye, "más de 8.870 millones de dosis se han comprometido en compras avanzadas a nivel global, unos 7.750 millones a través de acuerdos bilaterales y 1.120 millones a través de COVAX, el mecanismo de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Del total, el 53 por ciento —más de 4.700 millones— han sido reservadas por los países ricos, y los países de rentas medias y bajas solo tienen aseguradas apenas un 17 por ciento".