Las sujeciones mecánicas y farmacológicas no deben menoscabar la dignidad personal

Compromiso ético en el encuentro de ASISA sobre Biomedicina

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Durante el 'X Seminario Internacional de Biomedicina, Ética y Derechos Humanos', patrocinado por la Fundación ASISA, se ha afirmado que las sujeciones mecánicas y farmacológicas nunca deben menoscabar la dignidad de los pacientes.

La reunión tuvo lugar dentro del 'Tercer Encuentro sobre Ética y Sociedad', en la Universidad San Pablo CEU, y contó con la asistencia de especialistas de numerosas universidades de España y el extranjero, además de compañías del sector salud.

Antonio Calvo Bernardino
Viaje al centro de la Ética
El rector de la Universidad San Pablo CEU, Antonio Calvo Bernardino, abrió el aula magna a todos los asistentes, participantes en el foro biomédico, parte de ellos antiguos alumnos. De igual forma, agradeció a la Universidad Complutense de Madrid (UCM), la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y la Universidad de La Rioja, entre otras, su apoyo a una cita ya tradicional con la Biomedicina y la Ética. Gratitud que hizo extensiva a otras entidades como la Fundación ASISA, la Fundación Ortega y Gasset y Funderética.

Acto seguido, Antonio Calvo Bernardino glosó el programa, con una mención especial a los cambios vertiginosos que ocurren en el mundo actual y que trascienden en lo sanitario los diagnósticos y tratamientos, para entrar de lleno en el terreno de la dimensión humana de pacientes y profesionales sanitarios. Razón por la que celebró que el encuentro arrojara luz sobre la Medicina y todo lo que le rodea, desde una necesaria atención integral.

Concluyó el rector con la invitación a que los participantes en el seminario apartaran su opinión sobre cuestiones clave como el sostenimiento del Sistema Nacional de Salud (SNS), el envejecimiento y la caída de la natalidad, en una progresiva demanda de humanización hacia las organizaciones sanitarias.

Enrique de Porres Ortiz Enrique de Porres Ortiz
Compromiso corporativo
El consejero delegado de ASISA, Enrique de Porres Ortiz, situó su compañía en el sector del seguro sanitario, pero desmarcó su participación en el seminario de cualquier interés mercantil. Describió la entidad como una cooperativa de 12.000 profesionales sanitarios cuyo dinamismo le permite tener una red de hospitales y centros diagnósticos que ofrecen un trato directo con los pacientes y sus necesidades.

El directivo informó de que la misión de su grupo es intervenir en el curso natural de la enfermedad para generar salud de manera no natural y prolongar la asistencia humana con calidad de vida. Sobre el objeto del encuentro, el CEO razonó que responde a la propia naturaleza de la entidad, para ayudar a afrontar satisfactoriamente las cuestiones éticas que emergen constantemente al hilo de las nuevas tecnologías y los tratamientos, además de impulsar el uso racional de los recursos.

Rafael Junquera Rafael Junquera
De la Ley a la Dignidad
El antropólogo José Luis Pareja Rivas presentó la conferencia magistral del director del Aula Internacional de Biomedicina, Ética y Derechos Humanos, Rafael Junquera de Estéfani, que analizó durante su exposición los conceptos de ley y dignidad, y si existe la posibilidad de que dicha ley pueda ir en contra de un bien superior como la dignidad.

Diferenció "ley" como norma, moral, de naturaleza, u otro orden, pero sujeta a derecho escrito. En cualquier caso, dotada de concreción y emanada del órgano legislativo o estado correspondiente. Tal como afirmó, su validez para todos le confiere preminencia, como herencia consuetudinaria de los pueblos prerromanos y Roma, con el filtro medieval. Posteriormente, se superpusieron leyes supranacionales, tras las revoluciones atlánticas y los embates liberales, como resumió. Hasta conformar una ley máxima, que es la Constitución.

En ese punto, Junquera de Estéfani se acordó de un capítulo de la serie televisiva The Good Wife para afirmar que la Ley es dura, pero siempre es la Ley (“Dura lex sed lex"). Un axioma, inflexible, que puede ser modelado, sin embargo, desde el punto de vista de la dignidad, a veces esgrimido por ambas partes en los litigios.
Analizar el término dignidad
Seguidamente analizó el término “dignidad” como derivación del sánscrito “Dec”, decente, fijado como dignidad en latín y posteriormente en castellano. En tiempos clásicos, medievales y del Antiguo Régimen, dicha dignidad era un atributo externo a la persona, generalmente el propio del Emperador y, en orden descendente, también de los estamentos privilegiados. Esto cambió, según el ponente, cuando se recuperó la idea de Séneca de que el hombre es sagrado para el hombre, respaldado por el concepto cristiano de que el hombre fue creado a imagen de Dios y por ello merecedor de parte de su dignidad.

Todo ello en una tradición que pasó del estoicismo al escolasticismo. Como ejemplo de ello, Junquera citó la Escuela de Salamanca que, una vez descubierta América, consideró a sus habitantes indígenas como personas, merecedoras de derechos como tales. O como Kant, que señaló las cualidades morales de la persona para asegurar que la Humanidad debe ser considerada como fin y no como medio.
Normas compulsivas o liberadoras
Desde esa perspectiva histórica, el profesor definió dignidad como un criterio de valoración de la persona con distintos sentidos posibles, que se superponen sobre la base biológica humana. Entre ellos citó su carácter intrínseco, ontológico (por el mero hecho de ser), ético (según el obrar) y jurídico, donde entra en juego la tutela de la persona para asegurar su seguridad y libertad. Advirtió el ponente de condicionar dignidad a raciocinio, porque las personas que lo tienen limitado son también dignas.

Momento en que se refirió a Eusebio Fernández y Esperanza Guisán, y su reconocimiento del valor inherente de cada persona, que no puede ser perjudicado por las normas sociales. Por lo que debe ser protegido de las normas “compulsivas”, que constriñen la dignidad, y destinatario de las “liberadoras”, que permiten la integridad física y moral de las personas.

María Tormo María Tormo
Informar o no al paciente
En cuanto a la Ley, Junquera afirmó que debe regular las relaciones sociales para proteger a las personas. Por eso, en el mundo sanitario los protocolos deben ser consideradas como herramientas para encauzar los problemas, pero no como soluciones en sí mismas. Por lo que recomendó el libro de Hans Kelsen, en el que el autor reflexiona sobre lo que es la Ley y la Justicia. En su caso, vinculados al florecimiento de la ciencia, la paz y la democracia.
Dignidad y Autonomía
La directora de Planificación y Desarrollo de ASISA, María Tormo, presentó un panel de expertos titulado 'Análisis crítico y controversia de la autonomía del paciente en el siglo XXI'. Un tema en el que dijo que hemos avanzado poco, a pesar de que todo el mundo dice que el paciente está en el centro del sistema asistencial. Con la salvedad que supuso que, en el verano de 2016, algunas comunidades autónomas regularan la comunicación de efectos adversos y el derecho a conocerlos, con carácter previo a la administración de los tratamientos. En un momento inesperado para ella, Tormo recibió un placa para acreditar su inclusión como miembro de honor en el grupo de trabajo del aula internacional.

Sara Bandrés Sara Bandrés
Atención, precaución
La especialista en derecho sanitario Sara Bandrés analizó el principio de precaución que nació en el ámbito del medioambiente en Alemania, en los años 70 del siglo pasado.

Tras algunas digresiones de tipo conservacionista, habló de la "precaución" como ciencia. Para lo que fijó su antecedente más remoto en John Snow, durante la epidemia cólera que afectó al Londres de 1854, cuyas muertes cesaron al clausurar las fuentes públicas de las zonas urbanas con mayor mortandad.

Badrés recurrió a las potencias del alma enunciadas por Santo Tomás de Aquino: prudencia, justicia, fortaleza y templanza. Y una suborninación jerarquizada con cualidades como la memoria, la razón, el entendimiento, la docilidad, la sagacidad, la previdencia, la circunspección y la cautela. Fue precisamente sobre esta última, a la que atribuyó cualidades para evitar actos o acciones desde el punto de vista orteguiano de que el hombres es lo que es, además de sus circunstancias.

En el terreno médico, la ponente afirmó que el profesional debe realizar actos biomédicos que no "des-potencien la salud", porque la Ciencia se debe aplicar con conciencia. Con avances como la Ley de Autonomía del Paciente 41/2002 y pautas como quitar el prefijo "bio" a los yogures por no tener fundamento científico.

Benjamín Herreros Benjamín Herreros
Muerte digna o indigna
El internista del Hospital Fundación Benjamín Herreros adelantó la ponencia del profesor de la Universidad de Chicago, Marck Siegler, también protagonista del encuentro, al citar las edades de la relación médico-enfermo, que evolucionó del paternalismo a la "autonomitis" del paciente.

Ante esto, propuso recuperar el pensamiento de Aristóteles y su "Ética de Nicómaco" para asentar el principio de la deliberación como el fundamento de dicha relación. Un deseo que choca con la burocracia sanitaria, muchas veces defensiva del profesional, la omnipresencia de los ordenadores en las consultas y el refugio de las pruebas diagnósticas. En un contexto actual que definió como una era donde hay más "decisionismo" que autonomía del paciente, y donde situó dos escuelas modernas. La americana, representada por Elizabeth Kübler-Ross, partidaria de una información total al paciente, y la europea, representada por Paul Sporken, más prudente en la transmisión de información dura, como en las enfermedades incurables.

Aunque no tocó los aspectos legales, Herreros afirmó que ya son siete las leyes autonómicas que regulan la muerte digna, además de un proyecto de ley estatal sobre la materia. En este terreno, y a pesar de lo interesante del planteamiento inicial, el ponente pasó "de puntillas" y sin hacer ruido en un tema tan controvertido que suele incluir la eutanasia.

Pilar Pinto Pilar Pinto
El problema de las contenciones
La médico forense Pilar Pinto disertó sobre la inmovilización terapéutica, en sus versiones de sujeción mecánica, contención (mecánica o farmacológica) y coerción. Como riesgos de estas intervenciones con camillas con correas, enumeró los traumatismos por volcado de la cama, las isquemias provocadas por cintas apretadas fuertemente en las muñecas, la asfixia por sujeción muy apretada en la cintura y las agresiones de unos internos a otros, cuando pueden liberarse. En un caso extremo, habló de un paciente que se liberó de su contención física y arrancó los ojos a otro paciente contiguo que estaba inmovilizado.

Como principios que deben sobrevolar cualquier servicio de Psiquiatría, Pilar Pinto citó la libertad, la dignidad y el derecho a la integridad de la persona; además de ser exigible una prescripción y supervisión médica de las inmovilizaciones terapéuticas.

Ante cualquier ingreso voluntario o involuntario, Pinto rechazó que se haga firmar a los pacientes o sus familiares hojas de contención preventivas. Igualmente, criticó los centros hacen contenciones por comodidad o por falta de recursos.

Fernando Bandrés Fernando Bandrés
Derecho, dignidad y convivencia
El presidente del Aula Internacional, Fernando Bandrés. se remontó a 2005 el arranque de la iniciativa sobre Ética y Medicina, momento apadrinado por Federico Mayor Zaragoza.

Para Bandrés, los avances de la Medicina, siempre plantean controversias éticas y precisan de una formulación legal que facilite la convivencia, sin olvidar la Economía, la Psicología o, incluso, la Teología, entre otras ciencias. En una persecución del saber que en la que los programas docentes anuales quedan caducos antes de terminar cada curso. Finalmente, Fernando Bandrés destacó el trabajo iluminador tanto de la Fundación ASISA como de Funderética.