La vacunación contra la Covid-19 contrasta fortalezas y debilidades en la política sanitaria de Europa

Según el último informe de la Fundación Alternativas

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La vacunación contra la Covid-19 ha resaltado los contrastes existentes entre las fortalezas y debilidades de una Unión Europea (UE) que todavía no acierta a construirse como un espacio común al servicio de la salud de sus ciudadanos, a juzgar por la Fundación Alternativas, y el último informe publicado por su observatorio de política exterior española (Opex).

Según este organismo, un año largo de pandemia puso el foco en la política sanitaria comunitaria, por lo que el trabajo ‘Hacia la Unión Europea de la Salud’ detalla las competencias en salud de la UE y hace una crítica severa de la respuesta política dada a la crisis continental provocada por el SARS-CoV-2.

Diego López Garrido
Parar y recapacitar
El vicepresidente ejecutivo de la Fundación Alternativas, Diego López Garrido, presentó a los autores de este informe, artífices muy inspirados, al decir de sus palabras, de un trabajo técnico exhaustivo que incluye una visión panorámica de la salud en la UE, a tenor de la respuesta sanitaria a la crisis sanitaria causada por la pandemia de la Covid-19.

Ello además de incluir medidas previstas por la Comisión, el Consejo y el Parlamento europeos, y otras propuestas adicionales recogidas por los autores para avanzar en ese objetivo común. Así, alabó Diego López Garrido a estos: el exportavoz de Sanidad en la Asamblea de Madrid por el PSOE, el doctor José Manuel Freire, y el profesor emérito de Salud Internacional de la Escuela Nacional de Sanidad (ENS), perteneciente al Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), el doctor Alberto Infante, por su agudeza para señalar los puntos débiles de los planteamientos europeos en materia de salud y sus necesarias reformas.
Competencias indirectas
Ante estas insuficiencias, que, a día de hoy, no permiten hablar de una Europa de la Salud, el anfitrión de este acto recordó que el Artículo 168 de la UE apenas hace una reflexión harto genérica al derecho de los ciudadanos a una salud en similares términos de disfrute.

Todo a pesar, señaló el vicepresidente ejecutivo de esta organización, de que el continente dispone de competencias indirectas que podrían tener utilidad en esa dirección, desde las centradas en el mercado interior único, las cuatro libertades de circulación y las políticas de gasto, del medio ambiente, de los derechos de los consumidores, de la alimentación, de la higiene y la seguridad en el lugar de trabajo.

Estas son competencias, todas ellas, que, según López Garrido, tienen su trasfondo en la salud. Tal como aseveró, la pandemia mostró a las claras que la reacción de la UE fue tardía y deficiente, con una polarización, en el caso de España, que explica una cierta lentitud de reacción.

No negó este orador, por otro lado, avances sobre la marcha con una compra y distribución de vacunas contra la Covid-19 que mejoró a lo largo de lo que va de 2021, momento en el que se permitió poner el ejemplo comparado de la ciudad estadounidense de Nueva York y Madrid, que empezaron mal y que solo en el primer caso supo revertir la situación de su alta incidencia de la primera ola.
Lagunas pendientes
Como temas de debate, este responsable de la Fundación convocante, comentó que el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) no entiende de patologías que no sean contagiosas, al igual que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) tampoco regula, todavía, los dispositivos sanitarios.

Todo sin obviar otros debates, como reforzar y unificar la acción de las agencias europeas en cuestiones de salud y estudiar la posibilidad de suspender, temporalmente, el derecho de las patentes de fármacos esenciales, como las vacunas.

Por todo ello, López Garrido cree llegado el tiempo de calibrar la voluntad política en el continente, una vez que empezó la Conferencia sobre el futuro de Europa y que durará, aproximadamente, año y medio, para saber si es cierto, o no, lo que los autores de este informe recogieron de Frank G. Snowden, cuando advirtió de que se toma más la Medicina como un negocio que como un derecho humano.

Remedios Villa
Burocracias y recortes
La responsable del Departamento de Comunicación del Hospital Universitario Infantil Niño Jesús de Madrid, Remedios Villa, confirmó que la UE carece de competencias ejecutivas para la salud, con olvido de que muchas decisiones políticas impactan en la vida de los ciudadanos, con el riesgo de que primen más los intereses de mercado que los sanitarios, en un horizonte agravado por los recortes previstos en gasto social.

Por eso, Remedios Villa preguntó a los autores sobre las medidas contempladas desde la UE ante esta y futuras emergencias sanitarias, en un ambiente en el que la percepción ciudadana habla de un exceso de burocracia, a la vez que se teme una segunda pandemia, pero de trastornos de Salud Mental en la población, junto a otras condiciones debidas al parón sanitario abruptamente aplicado a las otras patologías no Covid.

José Manuel Freire
Como con el tabaco
José Manuel Freire afirmó que, aunque la UE no tiene responsabilidades directas en materia de Sanidad, sí actuó de forma contundente y coordinada contra el tabaco. Dentro de los ámbitos que tiene reservados la autoridad comunitaria, destacó la vigilancia del mercado único como espacio en el que tienen gran importancia los determinantes de salud, terreno en el que citó las actuaciones frente a la crisis sanitaria de las vacas locas, como ejemplo del celo europeo en materia de seguridad alimentaria y medioambiental.

Freire sumó, a lo anterior, la armonización de las profesiones sanitarias, los fármacos, a través de la EMA y los dispositivos de uso médico en suelo europeo. Sin embargo, y pese a estos ejemplos, como otros destinados a evitar las prácticas de dumping, también señaló que la autoridad europea tiene poco margen de intervención ante los márgenes de discrecionalidad que tienen los Estados miembro.
Rehacer los tratados
De ahí, resaltó el socialista, el interés de contar con propuestas bien pensadas, al margen de los actuales tratados de la UE, con aprovechamiento, sugiere, del Artículo 352, que permite a la UE avanzar más rápido cuando se alcanzan consensos.

En ese sentido, augura Freire un antes y un después de la pandemia de la Covid-19, con la vista puesta en la Conferencia sobre el futuro de Europa, que arrancó el pasado 9 de mayo a cargo de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y que arrojará sus conclusiones, previsiblemente, en la primavera de 2022, dentro de un orden de prioridades en el que la salud ocupa el objetivo dos.
Estados Unidos no es la UE
Precisó este autor que la EMA todavía no se encarga de la regulación de dispositivos médicos y detecta, además, cierto seguidismo o emulación en el ECDC, respecto de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades​  de Estados Unidos (CDC), organismo paraguas en términos de Salud Pública.

Todo a partir de la diferencia principal, observó Freire, de que el ente estadounidense dispone de una plantilla de 6.000 empleados y un presupuesto que supera los 10 billones de dólares, frente a un ECDC que funciona, más bien, como una red de redes. En cualquier caso, expresó su optimismo sobre el enfoque que se va a dar a la salud en Europa a raíz de las enseñanzas de la pandemia de la Covid-19.

A pesar de que los partidos políticos de ciertos países ejercen fuerzas más centrífugas que centrípetas, augura este autor que, antes que tarde, habrá un reglamento europeo que unifique las políticas sanitarias entre los Estados miembro, especialmente en materia de Salud Pública.
Optimista, pese a todo
Sustentó el también profesor emérito del departamento de Salud Internacional de la ENS su esperanza en la certeza, como buen conocedor del día a día de la actividad del Parlamento Europeo, de que sin la UE a España le habría ido mucho peor en esta crisis sanitaria y mundial.

Isabel de la Mata
Virus y bacterias sin fronteras
La asesora principal de salud y gestión de crisis de la Comisión Europea, Isabel de la Mata, destacó el paquete de medidas que, sobre Salud Pública, presentó recientemente la UE, aunque tenga mayor peso la Carta de los Derechos Fundamentales, en la que la Sanidad de cada Estado miembro recae en sí mismo, apostilló.

Tras enumerar crisis como la de las vacas locas, la talidomida, el VIH y las dioxinas en los pollos, declaró Isabel de la Mata que sigue vigente el principio de subsidiaridad, a la vez que se tiene presente que los virus y las bacterias también atraviesan fronteras, con la singularidad de que deportistas de élite y diplomáticos están exentos de la prohibición de cruzar fronteras.

En el plano de los pacientes, calcula De la Mata que hay 3.500 asociaciones de pacientes en la UE y solo una gran alianza de consumidores, como expresión de la atomización de la opinión pública en el continente. Para concluir, desea que vayamos a mejor, por ser un claro espíritu de mejora lo que impulsa a la UE en el común de sus actuaciones.

Alberto Infante
Circunstancias extraordinarias
Alberto Infante declaró haber compartido esperanzas y sinsabores estos últimos años con algunos de los ponentes. Sobre la seriedad que se presupone a la conferencia por el futuro de la UE, estima que tiene la oportunidad de echar toda la carne en el asador, a partir de las circunstancias extraordinarias habidas ante riesgos comunes a todos los territorios.

Razonó Infante que, si no hay movimientos de reforma ante una pandemia como la actual, no los habrá nunca, al requerirse unas medidas tan excepcionales que implican cambiar los Tratados de la UE a una escala similar a las dificultades habidas con el Brexit, a partir de la doble vertiente de un problema de naturaleza técnica y de carácter político a la vez, sin caer en el "Business as usual" que supondría volver a lo de siempre, una vez pasadas las urgencias.

Reiterado que o es ahora o no será nunca, será necesario saber hasta dónde se puede llegar con el marco legal comunitario actual, si no se pueden modificar los Tratados de la UE, para evitar la dispersión en la actividad de las cuatro o cinco agencias públicas europeas, sin una sola interlocución frente a los ciudadanos y la propia Comisión Europea.
Diferentes recetas
Apuesta Infante por una voz única en la Sanidad europea, sin caer en la excesiva autocrítica de la conferencia ya iniciada para el futuro del continente, a pesar de ser clamorosa la catastrófica comunicación realizada por la UE durante la pandemia, sin acertar ni en el fondo, ni en la forma, en consonancia con una apertura de fronteras totalmente precipitada en el verano de 2020, con su reguero de muertes evitables.

Sonrojó, especialmente, a este ponente la actitud del ECDC en materia de mascarillas en un momento de la pandemia, aunque, por otro lado, felicitó a la UE por su gestión de las vacunas, con una leve sensación agridulce, y el consuelo de que el continente se reforzará como espacio social, según anunció recientemente The Economist.
Potenciar la gobernanza
A pesar de conceder que nadie es culpable de su ignorancia, si no es buscada, pide Infante a los mandatarios de la UE que no dejen las cosas que hay que hacer ahora para agendas futuras, ya que, en materia de gobernanza, se sacaron ya los colores y nada será igual, aunque, hasta el momento, España se caracterizó por unas débiles medidas sanitarias en paralelo a casi nulas ayudas para la economía.

Beatriz González
"Chapuza" con paliativos
La catedrática e investigadora en Economía de la Salud de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, la doctora Beatriz González, admite que la UE avanza a base de crisis y problemas, como explica el salto habido en el conocimiento médico en el último año y medio, un conocimiento y una mayor cohesión, añadió.

No ahorró esta ponente el término "chapuza" para referirse a la negociación inicial sobre las vacunas en la UE, aunque sí pudo reprimir la tentación nacionalista de algunos países por acaparar equipos personales de protección contra el SARS-CoV-2, EPI, en los primeros compases de la pandemia.
Una idea fuerza
En cualquier caso, atribuye Beatriz González al concepto de Europa de la Salud la categoría de idea fuerza, algo que supone y supondrá cambios respecto a la situación actual. Detecta, así, en la UE, una mayor propensión a la protección de la salud, en sentido laxo, que a los servicios de salud, aunque su premisa sea compartir los datos clínicos como el material que cimenta la salud, gracias a estudios observacionales de potencial uso general.

Ello en contraste con el mayor esfuerzo realizado hasta la fecha en suelo comunitario, que se centró en la asistencia sanitaria transfronteriza, con tan poco predicamento entre los ciudadanos del continente, algo que, incluso, esta profesora se atrevió a definir como anecdótico.

Más satisfecha que pesimista, saludó González como muy positivo que la EMA esté presta a regular los dispositivos médicos, como hito a lograr. Para ella, la UE debe tener bien definida su estrategia ante próximas amenazas de salud, como superación de la perspectiva país.
No autoflagelarse
Para esta profesora universitaria, hoy es fácil decir que se actuó mal, como expresa el informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el que incurre en autoflagelación por haber tardado una semana en declarar pandemia. Aconseja, por ello, no evaluar el pasado desde la perspectiva del conocimiento actual. En ese sentido, señaló, la UE tardó tres meses más que Estados Unidos, no solo al comprar vacunas, sino también al inyectar mucho dinero en su sistema innovador y productor de fármacos.

Aludió González a la candidez de los responsables europeos al contratar la compra de vacunas con verdaderos "tiburones" de las negociaciones, como las farmacéuticas, a lo que opone lo genial que resultó hacer las compras centralizadas para el suministro panaeuropeo de estos fármacos de prevención, lo que evitó competencias intracomunitarias que, sin duda, habrían sido muy perturbadoras.
Zonas rojas y verdes
Describió esta ponente la estrategia de Green Zone Strategy aplicada por países como Nueva Zelanda, Singapur y Australia, que consistió en cerrar de forma total la vida colectiva hasta registrar cero casos de infección y para, acto seguido, mantenerse como burbujas cerradas al exterior.

Ello frente a la Red Zone Strategy usada en Europa, con la que se pautan las restricciones según los umbrales elegidos de incidencia de contagios, como una suerte de abrir o cerrar el grifo, según las circunstancias, aunque admite González que los tres meses de confinamiento domiciliario en España fueron tan radicales que se acercaron a un green zone, incluso en sitios como la isla de la Gomera, en la que no hubo ni un contagio.

En ese tema, no entendió al citada ponente la dicotomía economía-salud, por la existencia de falsos tópicos y el sostenimientos de sectores con tendencia al trabajo poco cualificado, como idea genérica de que la economía es más que bares y discotecas.
Mayor peso en Salud Pública
En resumen, tanto el trabajo como su presentación apuntaron a una Sanidad europea centrada, como principio, en la Salud Pública, aunque, mientras tanto, varios de los ponentes confían en no volver a ver una pandemia en el resto de su vida.

También surgieron en este coloquio reflexiones como que no es fácil cerrar a cal y canto los límites de una UE cuyos puntos débiles están en Marruecos y Ucrania. Mientras, en el plano nacional, fue una "mentirijilla" decir desde las instancias oficiales que las mascarillas no eran cosa buena, porque, simplemente, no había para todos, junto a la preocupación que supone, todavía, que haya bastante gente que no sabe ponerse bien este medio de protección.