Esta petición fue formulada durante el segundo foro 'IDIálogoS para una mejor Sanidad', en el que se volvieron a proponer posibles soluciones a los problemas que el sistema sanitario tiene planteados en la actualidad, en línea con el 'Manifiesto por una mejor Sanidad', publicado por la entidad convocante y eje central de su actividad a lo largo de 2021.
Juan Abarca Cidón
Los Héroes y la transparencia
El presidente de la Fundación IDIS, el doctor Juan Abarca Cidón, dio su más cordial bienvenida al centenar largo de asistentes a un debate técnico centrado en el principio Tres del citado manifiesto, sobre los profesionales y el reconocimiento debido a sus innegables logros; y del Nueve, centrado en la necesaria transparencia que debe envolver todas las intervenciones, sanitarias y sociosanitarias, con plena participación de todos los agentes del sector de la salud.Acérrimo partidario de la Sanidad como actividad colaborativa, Juan Abarca Cidón elogió la participación de dos figuras del mayor relieve profesional y de representación científica y corporativa en este foro: el director de la Fundación IMAS, el doctor Javier Elola, y la directora general de la Unión Catalana de Hospitales (UCH), Roser Fernández.
En relación con la secular falta de transparencia en los resultados en salud, invitó Abarca Cidón a superar la presente situación de ceguera total respecto a lo que se hace en otros países, tantas veces con olvido de que es la transparencia la verdadera clave para mejorar la asistencia, por especialidad y con supervisión de las sociedades científicas.
Transparencia iluminadora
Esta es una transparencia que evitaría, puso como ejemplos el máximo representante de la Fundación IDIS, que haya decenas de Servicios de Neurocirugía en una misma ciudad y que existan servicios de trasplante en poblaciones pequeñas y, prácticamente, sin actividad reseñable. Además, se refirió a los profesionales como actores esenciales del cambio que precisa un sistema sanitario claramente deteriorado.Ello a partir de valores y virtudes acreditadas sobradamente con perspectiva histórica y, de manera aún más palpable, desde que se desató la pandemia. Abarca Cidón también solicitó más información de salud y menos dogmas políticos en la tantas veces aludida y nunca acometida reforma sanitaria.

Entornos muy cambiantes
La directora general de la Fundación IDIS, Marta Villanueva, también vio llegada la hora de los profesionales que fueron aplaudidos por la ciudadanía desde que empezó la pandemia de Covid-19, con el ánimo de que reciban todo el apoyo que necesitan en entornos tan cambiantes como los actuales.
Apuesta Marta Villanueva por una negociación Win-Win entre todos los responsables de salud y Sanidad, desde la convicción de que gestionar mejor pasa irrenunciablemente por aplicar la mayor transparencia al sistema sanitario, habida cuenta de que acumular muchos datos sin saber qué hacer con ellos, resulta tan inoperante como inútil.

Llegado ese momento para tomar decisiones en el Sistema Nacional de Salud (SNS), esta ponente pidió el apoyo para que los profesionales sean interdisciplinares y puedan trabajar en red de manera permanente.
Para Villanueva, conocer es avanzar, desde un origen en el que ella misma veía las hojas de reclamaciones como "oro molido" para conocer los deseos y necesidades de los ciudadanos, y más aún, aseveró, en un tiempo en el que la transformación digital debe marcar el ritmo de todas las transformaciones.
Por la continuidad asistencial
También defiende esta directiva la continuidad asistencial en toda la vida del paciente con plena interoperabilidad de los sistemas de información y desde el principio esencial de que la historia clínica pertenece al paciente y no a las entidades que le atienden, por lo que debería ser libre de acudir allí donde encuentre una mayor calidad. En razón con el esfuerzo denodado de IDIS a favor de la libre elección, real, de los ciudadanos.De todo ello, Villanueva extrajo que hoy los actores cambiaron y que piden una transformación cultural que permita consolidar una mayor participación de las sociedades científicas y las agrupaciones de pacientes, entre otros colectivos prioritarios.

Profesionales y gestores
Javier Elola argumentó a favor del papel de los profesionales sanitarios en la organización y gestión de los servicios asistencial, para los cuales pidió su participación activa y directa en la toma de decisiones que afectan a la micro y meso gestión. Además de denunciar la ausencia de convenios laborales en el sector, esbozó el origen estatutario de muchos profesionales sanitarios que trabajan en el sistema público de salud.Evocó, para ello, Elola el momento en que él mismo acudió en comisión de servicio al Ministerio de Sanidad para entrevistarse con Pablo Mansilla, el que por entonces era asesor del ministro Ernest Lluch, momento en que se inició una negociación que se vio truncada cuando el secretario general de la Unión General de Trabajadores (UGT) rompió relaciones con el Gobierno de Felipe González.
Estatuto a replantear
Esto supuso, según relató este ponente, la imposición de la reliquia franquista del régimen estatutario para los profesionales que, con el andar de los años, se tradujo en funcionariados, in que el posterior trabajo desarrollado por el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, lograra grandes cambios con su definición del estatuto del empleado público, ya en tiempos de José Luis Rodríguez Zapatero al frente del Ejecutivo.Ya en el presente, apuesta Elola por impulsar una negociación entre la Administración y las instituciones y sociedades científicas y colegiales que permita desarrolla un estatuto necesario para que la sociedad en su conjunto reciba una mejor atención.
Cogobernanza en entredicho
El directivo de IMAS aprecia que la actual co-gobernanza que arbitra el Gobierno central deja fuera a actores esenciales, como las sociedades científicas y las asociaciones del movimiento organizado de los pacientes, por lo que estima como digno a imitar el Instituto Nacional de Salud y Excelencia Clínica del Reino Unido (NICE), al margen de que ya haya experiencias de éxito en Madrid, Cataluña y, de manera más incipiente, en Murcia y Castilla y León.Eso sí, planteó Elola la natural exigencia de que el agente evaluado, generalmente la Administración, no marque el ritmo de la evaluación. Para él, los profesionales son los héroes de la adaptación a las nuevas formas de teleasistencia, el trabajo en equipo y la eliminación de las barreras artificiales que había entre las distintas unidades, centros y servicios, como se vio al dar respuesta a la pandemia.
Todo lo anterior al ser también, los profesionales, artífices directos de una digitalización, la cual permite la atención remota a la población en estos meses tan difíciles para todo el conjunto del territorio nacional de España y del mundo.
Entre Bismark y Weber
Aunque citó Elola al canciller Bismark, cuando afirmó que es mejor no saber ni como se hacen las salchichas, ni las leyes, planteó un cuádruple objetivo, una estrategia, nacida del consenso político, que debería, de forma tan normativa como ejecutiva, mejorar la salud de la población, avanzar en la experiencia de paciente, subjetiva y objetiva de funcionalidad, como reflejo también de la experiencia profesional y con un óptimo destino a los recursos disponibles.Además, y también dentro de una cierta ética protestante en sentido weberiano, declaró este ponente que, para solucionar los problemas, hay que estudiarlos previamente, si es que se quiere mejorar, y sin que las personas evaluadas tengan que sentirse como pecadoras o sujetas a penalizaciones o minusvaloraciones.
Mejor con Código Infarto
En defensa de la transparencia, Elola aseguró que el Código Infarto se implantó en todas las comunidades autónomas cuando las rezagadas vieron que todos se daban cuenta de que, en sus territorios, la gente se moría más a causa de los infartos, problema drástico de salud para el que, cuando el mismo hizo su residencia como Médico Interno Residente (MIR), no existía ni el bypass coronario ni la angioplastia.Ello como ejemplo de que la Medicina hoy es radicalmente distinta y de que necesita imperiosamente la digitalización, entre otras vías de mejora. Lamenta, por último, Elola que a 35 años de la Ley General de Sanidad, todo siga como estaba respecto al trato que reciben los profesionales sanitarios en España.

Nuevo marco de profesionalismo
Roser Fernández aludió a un nuevo marco de profesionalismo en el que los roles sanitarios correspondan a políticas de reconocimiento profesional y de retribución más allá de ser jefes de Servicio y responsables de área en las organizaciones.Todo para el establecimiento de condiciones laborales adaptadas a nuevos modelos de atención presencial, y no presencial, además de contar con una mirada comunitaria, por lo que ubica Fernández estos nuevos modelos de reconocimiento de acuerdo con las nuevas generaciones de profesionales y según los objetivos corporativos e individuales.
Reclamó esta ponente mayor flexibilidad para los profesionales con valores y medios de conciliación que incluyan derechos y deberes dentro de los nuevos liderazgos según modelos de interacción en un marco claramente de digitalización.
Actualización salarial
En palabras de esta directiva, el sistema sanitario público se podía permitir en el pasado salarios modestos porque era posible para los profesionales tener una doble actividad remunerada, pública y privada, algo que, sin embargo, no agrada a las nuevas generaciones.De cara a captar y retener, en competencia con los sistemas sanitarios de otros países, esta responsable patronal habló de un empoderamiento compartido y colaborativo. Sustentó esta tesis, así, en las enseñanzas de la pandemia de la Covid-19, durante la cual, los profesionales demuestran su plena adaptabilidad a los cambiantes planes de contingencia.
Todo ello además de haber demostrado un verdadero heroísmo, al no haber cedido ante el empuje de la crisis sanitaria y al haber desembarcado con muy pocos medios en el terreno de la teleasistencia.
Cataluña ampliamente concertada
Sobre la situación en Cataluña, estima Fernández que difiere del resto de España porque el 65 por ciento de profesionales está encuadrado en la Sanidad concertada, mientras que el resto se mantiene en situación estatutaria en régimen de gestión directa o, dicho de otro modo, netamente pública.Como primer paso a dar, esta ponente señaló que el Estado debe establecer un marco público competitivo después de escuchar las demandas de flexibilidad y reconocimiento de los profesionales, a sabiendas de que esto puede encontrar resistencias al cambio por parte de las centrales sindicales.
Llegan nuevos perfiles
Dentro de esa deseable incorporación de nuevos perfiles profesionales, Fernández apuntó a una mejor distribución entre ratios de médicos y enfermeras y a la suma de nuevas incorporaciones con enfoque más biopsicosocial y comunitario abierto a la comunidad y de trabajo en red con todas las esferas asistenciales.Ello desde una doctrina de interdisciplinariedad y trabajo colaborativo capaz de sumar nuevos modelos de atención remota y domiciliaria con soporte de las organizaciones y Administraciones. En cualquier caso, y a la vista de las experiencias acumuladas en el último año, se mostró partidaria esta ponente de que los cambios se produzcan de abajo arriba, siempre con el beneficio máximo para los pacientes y sus familias como meta.
Transparencia en lista de espera
No ocultó Fernández cierto pesimismo al hablar de transparencia en la comunicación de los resultados de salud, mientras falte una más vigorosa voluntad de aplicar la información a medidas efectivas, porque, de lo contrario, avisó que se produce una evidente frustración en los profesionales que se ven movidos a recoger sin que eso se traduzca en nada concreto.Para Fernández, los datos permitirían suprimir las controversias ideológicas tan frecuentes sobre la titularidad de los centros y dispositivos asistenciales, desde la experiencia de Cataluña, que, desde 2012, publica la información de manera oficial en términos de mortalidad, morbilidad, infecciones nosocomiales, eficiencia de las intervenciones y otras magnitudes.
Todo ello a pesar, precisó esta ponente, de que lo que al inicio era una central de resultados hoy se comporta más bien como una agencia departamental, sin que, por otra parte, hasta la fecha, haya pedido los datos disponibles o almacenados.
Sin datos, a ninguna parte
Para paliar este déficit de datos, comentó Fernández que este sector organiza mesas de benchmarking en las que compartir buenas prácticas con indicadores nominales para mejorar la atención hospitalaria.Remató esta ponente su argumentación con la reclamación de que la ciudadanía pueda dirigir, finalmente, a las Administraciones hacia la satisfacción de sus demandas, siempre con los datos en la mano, aunque se teme que la abundante literatura organizativa y de gestión sanitaria generada desde el remoto informe Abril, de 1991, pueda traducirse en cambios tangibles, duraderos y positivos, ya que, a su juicio, priman más ciertos corporativismos e idearios doctrinarios y bastante irreductibles.