Carlos Macaya
El mencionado encuentro, que contó con la asistencia de diversas personalidades de la industria farmacéutica y el sector salud en general, se desarrolló íntegramente en el auditorio del campus de Alcorcón (Madrid) de la Universidad Rey Juan Carlos.
Formar e investigar
Como adelanto de la intervención del rector de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, Javier Ramos López, la decana de la Facultad de Ciencias de la Salud, la doctora Carmen Gallardo Pino, agradeció la elección de su campus universitario para el desarrollo de la jornada.Acto seguido, el presidente de la Fundación IMAS, el doctor Carlos Macaya, colocó la formación y la investigación en los cimientos de su entidad, que ya suma seis años de trayectoria. En esa tradición docente, el veterano cardiólogo destacó los másteres de gestión de unidades clínicas.

Macaya, que festejó la plena sintonía y unidad de intereses científicos de IMAS con la Federación de Asociaciones Científico Médicas (FACME), quiso transmitir a la vez la necesidad de poner voz al pensamiento crítico de los profesionales sanitarios respecto al actual sistema sanitario.
En varias ocasiones, alertó de la baja financiación de la sanidad que hay en España, con un exiguo 6 por ciento del PIB. Por eso se alegró especialmente de poder promover una jornada destinada a generar ideas que faciliten asumir retos de tanto calado como la cronicidad y las mejoras de eficiencia que la Sanidad demanda.

Una cátedra necesaria
El presidente de FACME, el doctor Fernando Carballo, describió el encuentro como un primer acto de la Cátedra de Gestión IMAS abierta en la Universidad Rey Juan Carlos, al ser uno de los primeros frutos de la fundación recién consolidada. A este le seguirán acciones como el manifiesto consensuado entre la Fundación IMAS, unida en sus destinos a FACME, bajo la nueva denominación de Fundación IMAS de FACME.Dio por ello la palabra al director de la Fundación IMAS, Francisco Javier Elola, quien aseguró que la entidad creada por la fusión no interferirá en el devenir de sus respectivas sociedades científicas, al ser su principal misión ayudar a un equilibro entre los recursos sanitarios y los resultados en salud que se logran con ellos, desde la óptica de la referida eficiencia. Para contribuir, aseguró, a un mayor dinamismo del sector en el que también participen otros perfiles profesionales, además de los médicos.

Grandeza sin eficiencia
Concluida la mesa de apertura, se debatió en la jornada sobre aquellos cambios que son necesarios para la Sanidad, desde un análisis tanto interno como externo. En ella tomó la palabra en primer término el jefe del servicio de Cardiología del Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, el doctor Andrés Íñiguez Romo.Para saber qué lugar ocupa la Sanidad española en el mundo, Andrés Íñiguez vio dos posibilidades: hacer caso único al dictamen de la Fundación Bloomberg que otorga una tercera posición a España o, por contra, analizar con decisión todas las fugas de eficiencia que aquejan al sistema sanitario.
Descoordinación y barreras
Vio además el expresidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) una clara falta de marco estratégico en el país, junto a descoordinación entre hospitales de distintos niveles, además de barreras entre territorios y falta de programas institucionales contra el infarto, por ejemplo., Esto tiene su reflejo directo en morbimortalidad según los distintos territorios como ocurrió hasta hace poco, ilustró, con la diferente producción de angioplastias.
Como detalle histórico, Íñiguez Romo relató que la Cardiología experimentó un notable avance cuando se estableció la escala Framingham de factores de riesgo cardiovascular cuando el vicepresidente de Estados Unidos, Harry Truman, sustituyó en la presidencia a Roosevelt tras morir este por una hemorragia cerebral que causó una honda impresión a su sucesor. Sentimiento que le llevó a destinar 500 millones de dólares de entonces a investigación.
Completó su argumentación el cardiólogo con dos tesis: que los servicios asistenciales no pueden evaluarse a sí mismo y que hay que extender la acreditación de unidades según su nivel resolutivo.
Para todo ello, pidió la instauración de un observatorio de resultados, generador de evidencia propia y calibrador de la eficiencia operativa de los profesionales sanitarios. Precisamente en materia de acreditación, comentó que la SEC ha acreditado hasta la fecha más de 200 unidades especializadas.
También puso como ejemplos de innovación los marcapasos sin cables, los últimos anticoagulantes y otros avances a los que sumó las mejoras organizativas, para llegar a cubrir necesidades aún no cubiertas y ventajas sobre las estrategias ya implantadas. Lamentó el especialista, por otro lado, que el 25 por ciento de las unidades de Cardiología no sigan las pautas de las Guías de Práctica clínica.

Desde la AiReF
Aportó su visión por vídeoconferencia el presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AiReF), José Luis Escrivá Belmonte, para quien el 6 por ciento de gasto sanitario previsto hasta 2022 será una constante. Aun así, quiso ir más allá de ese dato agregado, en principio verosímil para su institución, con una recomendación de una posible reducción en gasto farmacológico en oficinas de Farmacia, para dejar espacio a otras áreas de gasto preferentes, en su opinión.Sobre dicho gasto habló de ciclicidad según los recursos disponibles, de manera que se dispara en épocas de bonanza económica a la vez que se comprime con recortes en situaciones de crisis. Aconsejó además Escrivá Belmonte el blindaje de la cartera básica de servicios con declaración previa de un cierto margen de discrecionalidad para cada comunidad autónoma.
Criticó igualmente el presidente de AiReF la falta de evaluación de la Sanidad Pública tanto en resultados de los servicios como en los costes asumidos. Tarea en la que actualmente se centra su institución para ofrecer conclusiones dentro del ámbito hospitalario. Amplió Escrivá Belmonte su evaluación del gasto farmacéutico, según taxonomías de pacientes, a centros asistenciales de más de 1.200 áreas de salud, separadas en 17 comunidades autónomas marcadas por una variabilidad que ayudará a descartar las peores políticas respecto a las primeras, advirtió. Por ello, también pidió una agencia estatal evaluadora ajena a cualquier conflicto de interés.

Farmaindustria contesta
Replicó al responsable de la AiReF el presidente de Farmaindustria, Martín Sellés, no desde la crítica, sino desde la petición de diálogo tanto con la industria como con los responsables políticos del país en los últimos años, desde el problema que supone que el gasto en fármacos sea hoy el mismo que en el año 2009.Recordó Sellés que las compañías farmacéuticas operativas en España devolverán al Estado 150 millones de euros, por el aumento de gasto farmacéutico habido en 2018, sobre el crecimiento del PIB del país. Un ejemplo claro, aseguró, que acredita el compromiso del sector con la sostenibilidad del sistema sanitario español. Aunque lamentó que la Administración no aceptara en su día una cláusula que asegurará un uso finalista para Sanidad de esa cantidad a devolver.

Actuar desde el valor
Durante su exposición, el presidente de Audditum Blockchain, Javier Colás, disertó sobre las formas de añadir valor a la Sanidad. Como punto de partida, prefirió el puesto 19 decidido para España por el ránking publicado por The Lancet en 2016, por detrás de países como Alemania, al tercer puesto señalado por Bloomberg.En su defensa de la Medicina de las cinco "P", predictiva, preventiva, personalizada, participativa y poblacional, el ponente apeló a la asistencia basada en valor formulada por Michael Porter. De cara, entre otras cosas que concretó, a bajar el abordaje crítico del ictus de su actual 75 por ciento, el mal cribado de cáncer de mama para el 30 por ciento de las mujeres y el récord internacional de España en pies diabéticos amputados, a un coste por paciente de 42.000 euros.
Sintió Colás como un mal propio que no haya todavía proyectos de Telemedicina suficientemente rodados o exitosos en el país. Detalló el ponente, además, el itinerario en el ecosistema del valor, soportado por agentes bien identificados. Y, como colofón, Colás encontró equivocada la progresiva disminución de los programas preventivos en salud.

Genealogía de Indicadores
Analizó los indicadores de resultados en el Sistema Nacional de Salud (SNS) el gerente de la Clínica Universitaria de la Universidad Rey Juan Carlos, Daniel Álvarez Cabo, que fijó como principios a seguir por su entidad la calidad de los servicios sanitarios la medición de resultados, la evaluación y la transparencia en la información. Dentro de una trayectoria marcada por el proyecto RECAL, compartido por las sociedades científicas de Cardiología, Medicina Interna, Oncología Médica, Patología Digestiva, Neurología y Endocrinología.Defendió Álvarez Cabo iniciativas parlamentarias para la consolidación de indicadores asistenciales de eficiencia avalados por FACME y de naturaleza de eficacia clínica contrastable. Dentro de un proceso, señaló, que se vio alterado por la adopción escalonada y desigual de la clasificación internacional de enfermedades, o CIE-10, que provocó que la homogeneidad de datos se viera alterada a partir de 2016. Al propiciar distintos usos dados a los conjuntos mínimos de datos (CMBD) del SNS, considerados por él como gold estándar.

Indicadores y experiencia de paciente
Algunas conclusiones sobre los indicadores de resultados y la experiencia del paciente fueron expuestos por la representante del Comité de Calidad del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid, Carolina Varela. Esta afirmó, como primera idea, que pacientes no somos todos, sino sólo los que enferman de verdad.Como coordinadora de los proyectos de ICHOM en su hospital, alegó que se miden resultados en salud desde hace mucho, como la mortalidad en cáncer de próstata, aunque admitió que solo se mide desde hace poco preocupaciones del paciente como la impotencia y la incontinencia urinaria. Afeó también la ponente a los hospitales que mantienen techos horrorosos, a pesar de ser casi eso lo único que ven los pacientes ingresados.

Pacientes invitados
Completó las intervenciones anteriores el presidente del Foro Español de Pacientes (FEP), Andoni Lorenzo, con aseveraciones como que la asistencia en el país es una Torre de Babel. Algo que comprobó al acudir a la llamada del Ministerio de Sanidad para ayudar a fijar una estrategia sobre diabetes, con la sorpresa de que la institución solo podía ofrecer datos de 2015 y, además, tan solo de seis comunidades autónomas.A ello añadió el trauma vivido este mismo mes, declaró Lorenzo, en la misma sede ministerial, al descubrir que el punto uno del abordaje de la cronicidad aún pasa por hacer posible la historia digital compartida. Un verdadero desafío para los divergentes sistemas electrónicos de los distintos territorios, consideró con pesar.
Andoni Lorenzo aseguró, sin embargo, que cualquier proyecto siempre es mejor recibido por el Ministerio de Sanidad cuando va acompañado de un respaldo efectivo de sociedades científicas. Recordó también el presidente del FEP, para concluir, el acierto de IDIS al medir la experiencia de paciente en el sector privado de la Sanidad.

Retos a medio plazo
El jefe del servicio de Medicina Interna del Hospital de Fuenlabrada y vicepresidente de FACME, Antonio Zapatero, abrió una mesa en la que adquirieron carta de naturaleza los retos que tendrá la Sanidad en la próxima legislatura.Como anticipo, el secretario de FACME, el doctor Benjamín Abarca, discurrió sobre la deseable equidad en el SNS que habrá que incrementar los próximos años. Un bien en sí mismo, pero aquejado de desigualdades debidas a diferencias de situación socioeconómica y el determinante intermedio que es la salud, a pesar de que la Constitución Española consagra el derecho a la salud en su artículo 43, ratificado por la Ley General de Sanidad de 1986, argumentó el ponente.
Como desigualdad básica, Benjamín Abarca citó las barreras que surgen al salir de la propia comunidad autónoma, junto a un modelo de copago mal articulado y la ausencia de una historia clínica digital común a todos los territorios. Además, describió desigualdades igualmente en listas de espera, gasto sanitario per cápita, recursos humanos y medios materiales entre comunidades autónomas, además de divergencias hospitalarias en mortalidad, morbilidad y precios por guardias, entre otras magnitudes.

Competencias profesionales
La presidenta del Consejo Nacional de Especialidades en Ciencias de la Salud, la doctora Pilar Garrido, hizo aportaciones estratégicas para la mejora de la calidad asistencial. Partió para ello de la constatación de que las habilidades y aptitudes que se definen hoy como competencias más valoradas en las organizaciones son las transversales, desde una base legal asentada en la Ley 44 de 2003 de programas formativos basados, precisamente, según observó, en competencias.Una norma ratificada por el Real Decreto Ley 639 de 2014 de troncalidad finalmente inconcluso desde el 21 de diciembre de 2016, aunque razonó que su espíritu continúa en los fundamentos troncales y específicos de las especialidades.

Para la generación de dichos programas formativos, Garrido describió las funciones de las comisiones nacionales de las especialidades, siempre desde requisitos de bioética, comunicación, investigación, gestión clínica y docencia, entre otros, por la vía del ejemplo, ósmosis y evaluación de la formación, con la vista puesta en la prevención, tal como expresó. Aunque la presidenta confirmó que el sistema MIR es excelente, tuvo que admitir con pesar que su alto nivel no es igual en todos los rincones del Estado.
Mejorar la gestión
El director del Instituto Cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, Julián Pérez Villacastín, vio cauces para mejorar la calidad y profesionalizar la gestión de la asistencia sanitaria. En este afán describió el proyecto Cardio Red 01, que permite el desplazamiento de médicos entre los hospitales de Leganés, Alcalá de Henares y Fuenlabrada y el Hospital Clínico San Carlos, para dar servicio a un millón de pacientes.
Déficit y propuestas para el SNS
El director del Instituto de Investigación del Hospital 12 de Octubre, Héctor Bueno, se interrogó a sí mismo sobre si es razonable que exista un cosmos de academias dedicadas a aprobar el examen MIR, con lo que salvó a la vez el método al tiempo que denostó la prueba.Como director del Grupo Multidisciplinar de Investigación Cardiovascular Transnacional del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), Bueno se preguntó también si el Estado no elude de manera sistemática su obligación de proveer con formación continuada a sus profesionales sanitarios. Igualmente, este ponente razonó que aún falta una buena definición de sub y súper especialidades, algo especialmente apreciable en las sustituciones veraniegas, según recalcó el ponente.

La cardiología del futuro
La jornada concluyó con un coloquio-debate entre los presidentes de SEC y SEMI y los asistentes presentes en el auditorio. El presidente electo de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), Ángel Cequier, contrapuso columnas gráficas según las cuales las retribuciones de los médicos españoles sufren con la comparación de los salarios de sus colegas europeos, además de existir en el país un menor acceso de las mujeres a jefaturas de servicio y otros puestos de responsabilidad.El presidente de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), Ricardo Gómez Huelgas, aseguró que el hospital del futuro es un proyecto que responde a un planteamiento ético, además de técnico. Una aspiración que choca, en su opinión, con un modelo de organización esencialmente gerencialista y más corporativista que cooperativista.
Cerró el encuentro el rector de la Universidad Rey Juan Carlos, Javier Ramos, quien además de destacar la importancia de la formación de alta calidad, celebró que su centro provee al sistema MIR con los mejores examinandos de cada promoción.