En su último encuentro con la evolución que no cesa, la entidad convocante organizó una sesión destinada a transitar 'del Big Data a la Medicina a la Carta', en la que se conocieron nuevas formas de generar historias clínicas para la explotación sucesiva del dato en Oncología a la posibilidad de adivinar que pacientes tendrán que acudir a urgencias por su problema cardiovascular a partir de unos miles de electrocardiogramas filtrados con criterios de IA.
Sergio Rodríguez
Preguntas semillero de respuestas
Puso el calor de la bienvenida el presidente de la Fundación Pfizer, Sergio Rodríguez, para destacar que el único motor de esta entidad es un compromiso decidido hacia los nuevos desarrollos que plantea la Medicina Personalizada de Precisión y con la mayor urgencia para que los hallazgos y avances lleguen cuanto antes a los pacientes en forma de innovación disruptiva.
Después de 20 años de actividad consagrada a esta tarea, Sergio Rodríguez también asume como oportunidad la expansión tecnológica y de conocimiento para todos los actores del sector de la salud, empezando por los más importantes, que siempre son los pacientes.
En todos los frentes
Desde esta perspectiva, aseguró el presidente de la Fundación Pfizer, esta da apoyo a todos los campos todavía infra utilizados que van desde la IA al Big Data y otras muchas posibilidades que hoy ofrece la última tecnología del conocimiento.Todo a través de iniciativas orientadas a la divulgación científica, el emprendimiento en salud y la propia innovación en todas sus formas posibles, dinámica generadora de ideas bien fundadas en la que destacó Rodríguez los encuentros #WITSalud organizados conjuntamente con la Universidad Politécnica de Madrid (UPM).
Por todo ello, mostró Rodríguez toda su satisfacción al dar paso a dos ponentes de excepción en las materias a tratar y a la preparación y dinamismo de un moderador que ya es parte inseparable de los 'Encuentros en constante evolución' que organiza periódicamente esta Fundación.

Preguntas que iluminan respuestas
Como adelantó el presidente de esta organización, administró los turnos de palabra el periodista y divulgador científico Luis Quevedo, quien dio la bienvenida a todos después de un año lleno de interrogantes de futuro, tras largos meses de pandemia que lograron impulsar la digitalización en la mayor parte de la población y, desde luego, en los entornos de salud.
Ante los muchos desafíos que se plantean para todos, Luis Quevedo felicitó a la Fundación Pfizer por haber superado sus primeras dos décadas de actividad fecunda y a la industria farmacéutica, en general, por haber dado una rápida y ancha esperanza a la población mundial con las vacunas contra la Covid-19.
Destacó Quevedo en esta entidad su vivo interés por la evolución humana vista desde todos los ángulos, pero muy especialmente desde la óptica de las ciencias de la vida, para superar una etapa convulsa que no truncó los desarrollos tecnológicos, sino que los orientó a lograr sus mayores potencialidades.
Fuentes inagotables de datos
En este tiempo en el que todo vuela y nada baja de pistonada en la inventiva humana, Quevedo considera que es prudente parar para coger aire y ver el entorno con perspectiva y sosiego, de cara a calibrar el colosal acúmulo de información que representa el Big Data y fuentes inagotables de información, como los satélites, los microscopios, los wereables y los secuenciadores, desde la idea de que muchas de estas tecnologías surgieron en discretas tesis doctorales para llegar a ser hoy bienes de dominio público.Apela este moderador a la sabiduría del Nobel de Fisiología/Medicina de 2002, Sydney Brenner, cuando aseguró que el futuro está en las técnicas, las técnicas y otra vez las técnicas, idea por triplicado que ayudará a salvar los actuales cuellos de botella, después de un año 2000 que consolidó Internet con alojamiento posterior para la supercomputación y un caudal infinito de posibilidades descubiertas por la pasión puesta por los "benditos" gamers, según sus palabras.
Volver a Brenner
También citó con propiedad Quevedo a Brenner cuando dejó en la memoria su idea de que el progreso en ciencia depende de las citadas nuevas técnicas, los nuevos descubrimientos y las nuevas ideas, probablemente en este orden, en tiempos en los que muchos equipos se aprestan a lograr el coche autónomo que evite los accidentes, mientras que los ordenadores juegan al ajedrez mejor que la protagonista de Gambito de Dama.Mientras, la minería de datos no quiere interrumpir sus extracciones en el ámbito sanitario y la Medicina se dota de cuatro letras "p", para ser más Predictiva, Preventiva, Proactiva y Personalizada, y cuando todos se afanan en encontrar el perfecto biomarcador que aproxime cada terapia a su mayor potencial de infalibilidad.
Humildad y orgullo computacional
Desde la humildad que da también saber, reconoció este moderador, que el cerebro humano es mucho peor computadora que los ordenadores, y también a la inversa, a la espera, quizás, de que las máquinas lleguen a explicar las conclusiones a las que se llega siguiendo fielmente sus propios algoritmos.Todo sin esperar, quizás, a que alcancen nunca el chispazo creador que hace al ser humano un ser excepcional. Quevedo también sugiere al Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) que capitanee desarrollos como ya hizo, por ejemplo, el estadounidense centro Monte Sinaí de Nueva York al poner el Apple Watch al servicio de la Cardiología.

De la informática a la computación
El catedrático de Oncología de la Universidad de Málaga y director del área de investigación clínica y traslacional en cáncer del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA), el doctor Emilio Alba, reivindicó su condición de clínico por encima de todo, al margen de que también practique la docencia y de que haga investigación.Hizo Emilio Alba esa consideración previa porque estima que no es fácil hacer las preguntas necesarias para la buena marcha de la Medicina, si no se trata directamente a los pacientes. De su no tan reciente residencia MIR en el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, evocó su gustó muy incipiente por la estadística aplicada a la Medicina, afición que se vio impulsada cuando el destino puso en su camino, hace 20 años, al doctor José Jerez, en la Universidad de Málaga, quien le abrió los ojos a la ciencia computacional.
Una historia para el cáncer
Luego, vino, como relató Alba, la primera historia clínica oncológica y electrónica explotable, de 2006, con capacidad para sumar y disponer de la información en tiempo real, proyecto refinado a partir de una ingente cantidad de datos genómicos y de análisis de imágenes clínicas, gracias a un equipo de departamento universitario que sumó el talento de médicos, estadísticos clásicos y analistas bioinformáticos.Augura Alba grandes posibilidades para el procesamiento del lenguaje natural según patrones de relevancia clínica, en esa línea de trabajo en la que entró con su gente casi por casualidad, cuando se utilizaba el código dBase que apenas permitía incorporar unas pocas variables.
La clave está en el análisis
Para este ponente, en los momentos actuales, en los que se puede secuenciar rápido y a bajo coste, el verdadero cuello de botella está en el análisis de la información genómica obtenida, aunque razonó que ya es posible conocer los datos por contextos y puede hablarse de un laboratorio seco que sustituyó las pipetas, centrifugadores y matraces por ordenadores, dentro de una tradición de Medicina Personalizada que nació hace medio siglo y hoy tiene un enorme potencial gracias a la tecnología.En esa eclosión de la Medicina a partir de los análisis genómico y transcriptómico, además de un empleo prodigiosamente versátil de las imágenes médicas, destacó Alba su uso combinado para llegar a patrones de utilidad clínica aplicables al día.
Con el objetivo de lograr diagnósticos más precoces con la profundidad de secuenciación que permite conocer mejor las mutaciones, fracciones, metilaciones, mediante estudios bioinformáticos y tumores que ya asoman la patita a escala de nanogramos.
Como diferencias entre las maquinas y el cerebro humano, destacó Alba que el segundo suele huir de las certezas estadísticas, como demuestra la existencia de las loterías, mientras que las primeras tienen mayores dificultades para comprender cualitativamente el lenguaje.
Anticiparse a las urgencias
Explicó Alba el ejemplo más ilustrativo del día. Se trató de hacer un análisis semántico de la parte de texto libre de 2.000 historias clínicas de pacientes oncológicos tratados tanto con quimioterapia como inmunoterapia, para llegar a un patrón identificativo de una futura afluencia a urgencias, con un acierto de 72 sobre 100, que, luego, se confirmó en la práctica.Agenda oculta
En palabras de Alba, almacenar datos cuesta dinero y habrá que priorizar, además de tener presente que las grandes compañías tecnológicas podrían tener una agenda oculta que nunca revelan, al disponer de unos caudales de información que dejan en porcentajes ínfimos la de los académicos y las Administraciones, y cuya finalidad será, probablemente, meramente comercial y medible en términos de publicidad y marketing.
Por todo ello, ve este ponente conveniente un mayor control público, al saber que hay corporaciones transnacionales que tienen presupuestos más abultados que la mayoría de los países del mundo, capaces incluso de eclipsar al mismísimo presidente de Estados Unidos, como ocurrió hace bien poco.
Un total de 10 años por delante
Lamenta este catedrático y tecnólogo que España vaya tan por detrás de Francia, Suecia y Alemania en el uso de los datos para Oncología. Quizás porque el país tiene una Sanidad transferida y fragmentada en 17 estructuras administrativas, con excepciones muy notables, como los planes de Medicina de Precisión para el cáncer que hay en el País Vasco y Cantabria.En resumen, Alba aseveró, con todas las reservas a las que la prudencia puede invitar, que la Medicina que tendremos en 10 años será mucho más predictiva, a lo que habrá ayudado, también, una pandemia y toda su carga de destrucción creativa.

Todo sale de las matemáticas
El catedrático de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la Universidad de Granada (UGR), Francisco Herrera, se remontó al año 1988, en que terminó su carrera de matemáticas para pasar al mundo académico e imbuirse en estos desarrollos que asombran al mundo, en lugar de dedicarse a la docencia en institutos, como hizo la mayoría de su promoción.Ya egresado, recordó Francisco Herrera que entró pronto en el mundo de la analítica de los datos, con un interés muy temprano por la IA a la que dedicó su tesis de Doctor y le convirtió en profesor asociado. Desde entonces, y ya inseparable de cuestiones como las reglas base y difusas, hizo de la ciencia de datos y el machine learning, que extrae conocimiento desde el dato, su morada profesional, hasta el punto de que hoy ya dirigió 51 tesis sobre la materia.
Son 15 años de vértigo
También director del Instituto Andaluz de Inteligencia Artificial (DaSCI), destacó Herrera los últimos 15 años con el advenimiento de la calidad a dichos datos, a través del Deep Learning, posicionamiento que le permitió publicar, en 2015, el segundo libro sobre ciencia de datos, con la editorial Springer, después de una primera obra publicada por otro autor en el lejano año 1999.Desde esta expertise, introdujo este ponente conceptos como mar de datos, calidad de algoritmos y laboratorio seco en el que formular las preguntas adecuadas. También desde la idea de los grandes volúmenes de datos, situó en 2001 el nacimiento del término Big Data, universo que hoy explica que nueve de las 10 principales compañías bursátiles del mundo utilicen IA, para 10 años más tarde dar la bienvenida al Deep Learning, que consiguió alcanzar una calidad en el procesamiento de imágenes con calidad superior a la perceptible por el ojo humano.
Petróleo para un nuevo siglo
Desde la convicción de que los datos son el petróleo del siglo XXI, Herrera adelantó que será posible etiquetar digitalmente las biopsias líquidas mediante algoritmos de IA con utilidad predictiva en cáncer, para adelantarse a los tumores en todo lo posible.Aunque este ponente reconoce que se está en los albores de la IA por más que una máquina pueda ganar a campeones del mundo de ajedrez después de haber aprendido a jugar en una sola tarde. Refirió, así, la experiencia de un algoritmo con un rango de 07 de probabilidad de mortalidad por patología cardiovascular después de que un equipo compuesto por especialistas en IA y médicos estudiara 400.000 electrocardiogramas para llegar a un patrón que ofrecer a los especialistas.
Encuentra este ponente posibilidades en el procesamiento no estructurado del lenguaje, tal como explicó Alba, con posibilidad de etiquetar cada vez más, dado que el 100 por ciento de los desarrollos en Medicina son de aprendizaje automático.
Futuro muy presente
Sobre el misterioso uso que hacen las grandes compañías tecnológicas con la gran cantidad de datos que generan y custodian, Herrera no alberga dudas de que volverán en forma de propuestas comerciales, de forma que será esperable, sugiere, que Apple ofrezca, antes que tarde, planes de salud que habrá que pagar.Dentro de esta potencia de datos, en la que los teléfonos inteligentes generan trillones de ellos a cada instante, este ponente considera que las universidades van rezagadas, como si Facebook tuvieran acceso a todo el mar y los académicos solo pudieran analizar a fondo un cubo de ese agua y, luego, otro, además de existir la potencia de cruzar unas inmensas bases de datos con otras para concebir modelos y dispositivos para la salud, según concluyó, a partir de dos fuentes principales de información, clínica y de origen en sensores, para poder llegar a sistemas inteligentes de monitorización.