Esto ocurre porque, a pesar de que la cartera sanitaria del Gobierno aumentó el número de plazas en 271 -de las 6.526 de la edición de 2018 se pasará a 6.797 en 2019-, los admitidos este año son 1.025 más que al examen del año anterior, por lo que el balance es negativo pese a que un total de 811 solicitudes fueron denegadas.
En concreto, el pasado curso fueron admitidos a la realización de la prueba 14.450 aspirantes. En esta ocasión también se incrementaron las plazas disponibles, ya que fueron 198 más que el anterior año, lo que equivale a un incremento de un 3,2 por ciento.
Es decir, que en esta edición se ofertan 469 plazas más que hace dos años, aunque también son 2.038 aspirantes más que en esa fecha los que se presentarán. Además, esto significa que un total de 8.678 admitidos se quedarán sin plaza en el MIR.