Juan Pablo Núñez

Tribuna de opinión

Una adecuada comunicación, en la fase aguda de la psicosis, es clave para la evolución del trastorno

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visión sobre las Unidades de Hospitalización Breve de Psiquiatría

La II Jornada de Unidades de Hospitalización Breve de Psiquiatría, en donde se abordó el papel de la comunicación, se analizaron los tres perfiles de los afectados: quienes presentan un primer episodio psicótico, los que sufren problemas de adherencia al tratamiento y los casos de patología dual.

La mayoría de los ingresos en las Unidades de Hospitalización Breve de Psiquiatría se hacen de manera voluntaria y tienen una duración media de entre 12 y 20 días. Según nuestra experiencia, un 60-75 % de los casos que ingresa en estas unidades lo hace de manera voluntaria.

En la II Jornada de Unidades de Hospitalización Breve de Psiquiatría, organizada con el apoyo de la Alianza Otsuka-Lundbeck, nos reunimos más de 140 especialistas de las unidades de agudos de toda España, para debatir y compartir experiencias sobre cómo abordar la comunicación entre los pacientes y los profesionales en estas unidades. Todos coincidimos en la importancia de adecuar la  comunicación en base a la situación clínica de cada paciente y sus necesidades.
La comunicación, elemento imprescindible
Pacientes y familiares se benefician de una buena comunicación entre ellos y el equipo terapéutico
Cabe destacar que un adecuado tratamiento en la fase aguda de la psicosis es fundamental para la futura evolución del paciente. En este contexto, entra en juego la comunicación como un elemento imprescindible para sentar las bases de una apropiada alianza terapéutica entre el paciente y su familia y el equipo de profesionales que le atiende. Pacientes y familiares se benefician de una buena comunicación entre ellos y el equipo terapéutico.

En este sentido, es importante explicar al paciente convenientemente las decisiones que se toman respecto al tratamiento y plantear las distintas opciones recomendadas. Esto llevaría a una deseable toma de decisiones conjunta, afianzando así la alianza terapéutica. Con ello, se sienta una base sólida sobre la que ir desarrollando el tratamiento en las fases subagudas y de estabilidad, ya de alta de las unidades de hospitalización.

Es también fundamental la comunicación entre distintos dispositivos asistenciales donde el paciente ha de continuar su proceso terapéutico, como hospitales de día, centros de salud mental, recursos sociales, atención primaria, etc. Esta coordinación será la base de una buena continuidad de los cuidados y el tratamiento en el ámbito extrahospitalario. Se hace así necesario el desarrollo de programas de atención a los trastornos psicóticos transversales a diferentes dispositivos asistenciales que den adecuada atención al paciente y su familia en todos las fases de su trastorno psicótico.
Perfiles de pacientes
Durante la II Jornada de UHB, analizamos en mayor profundidad tres perfiles de pacientes en estas unidades: concretamente, aquellos que presentan un primer episodio psicótico, los que sufren problemas de adherencia al tratamiento y los casos de patología dual.
Una intervención temprana mejora el pronóstico clínico y funcional  y es más eficiente en términos económicos
En referencia al primero, destacar que los primeros síntomas de los trastornos psicóticos comienzan de manera habitual en la infancia, adolescencia o inicio de la etapa adulta, entre los 15 y 30 años (1-2), por lo que un adecuado acercamiento inicial al paciente es especialmente importante de cara a su evolución futura. Los datos disponibles demuestran que una intervención temprana mejora el pronóstico clínico y funcional (3-8) y es más eficiente en términos económicos (9-11). A pesar de la priorización de la prevención de recaídas como objetivo de tratamiento, la tasa de recaídas en los pacientes con un primer episodio es muy alta y varía según los estudios, llegando hasta el 80% de los pacientes en los primeros 5 años de tratamiento (12-15).
Adherencia y Patología Dual
Los pacientes que toman antipsicóticos orales para la esquizofrenia tienen una tasa de adherencia estimada de menos del 60%, por lo que la tasa de abandono del tratamiento es elevada
En cuanto a la adherencia al tratamiento de la psicosis, los pacientes que toman antipsicóticos orales para la esquizofrenia tienen una tasa de adherencia estimada de menos del 60%, por lo que la tasa de abandono del tratamiento es elevada, lo que se asocia con un alto riesgo de recaídas y un grave deterioro personal, socio-familiar y académico-laboral (16). Por este motivo, los estudios apuntan que, involucrar al paciente y a su familia en el tratamiento, mediante una adecuada comunicación y una fuerte alianza terapéutica, mejorará la adherencia del paciente: entenderá mejor su enfermedad y presentará una actitud más positiva respecto al tratamiento (17).

En los casos de patología dual, el tratamiento psicótico debe abordarse de manera específica y en paralelo a su trastorno por uso de sustancias. Cabe destacar, que casi la mitad de los pacientes con esquizofrenia presentan un diagnóstico de dependencia a sustancias psicoactivas a lo largo de su vida (18). La importancia de esta elevada comorbilidad radica en el peor pronóstico y mayores complicaciones de los pacientes que presentan ambos trastornos (19); además de dificultar el tratamiento de estas personas, ya que las sustancias utilizadas pueden agravar la psicosis o interferir con los efectos farmacológicos del tratamiento. Por ello, los expertos han puesto de relieve que el abordaje terapéutico del trastorno psicótico y de la adicción han de ser simultáneos y se deben realizar por el mismo equipo terapéutico especializado.

Referencias
  1. Lee FS, Heimer H, Giedd JN, Lein ES, Sestan N, Weinberger DR, and Casey BJ. Mental health. Adolescent mental health--opportunity and obligation. Science 2014; 346: 547-9.
  2. Arango C. Someone is not listening to the facts: there is little psychiatry outside child and adolescent psychiatry. Eur Child Adolesc Psychiatry 2012; 21: 475-6.
  3. Sommer IE, Bearden CE, van Dellen E, Breetvelt EJ, Duijff SN, Maijer K, van Amelsvoort T, de Haan L, Gur RE, Arango C, Diaz-Caneja CM, Vinkers CH, and Vorstman JA. Early interventions in risk groups for schizophrenia: what are we waiting for? NPJ Schizophr 2016; 2: 16003
  4. Randall JR, Vokey S, Loewen H, Martens PJ, Brownell M, Katz A, Nickel NC, Burland E, and Chateau D. A Systematic Review of the Effect of Early Interventions for Psychosis on the Usage of Inpatient Services. Schizophr Bull 2015; 41: 1379-86.
  5. McGorry P. At issue: Cochrane, early intervention, and mental health reform: analysis, paralysis, or evidence-informed progress? Schizophr Bull 2012; 38: 221-4.
  6. Marshall M, and Rathbone J. Early intervention for psychosis. Cochrane Database Syst Rev 2011; CD004718.
  7. Mokhtari M, and Rajarethinam R. Early intervention and the treatment of prodrome in schizophrenia: a review of recent developments. J Psychiatr Pract 2013; 19: 375-85.
  8. Larsen TK, McGlashan TH, Johannessen JO, Friis S, Guldberg C, Haahr U, Horneland M, Melle I, Moe LC, Opjordsmoen S, Simonsen E, and Vaglum P. Shortened duration of untreated first episode of psychosis: changes in patient characteristics at treatment. Am J Psychiatry 2001; 158: 1917-9.
  9. McCrone P, Singh SP, Knapp M, Smith J, Clark M, Shiers D, and Tiffin PA. The economic impact of early intervention in psychosis services for children and adolescents. Early Interv Psychiatry 2013; 7: 368-73.
  10. McCrone P, Craig TK, Power P, and Garety PA. Cost-effectiveness of an early intervention service for people with psychosis. Br J Psychiatry 2010; 196: 377-82.
  11. Tsiachristas A, Thomas T, Leal J, and Lennox BR. Economic impact of early intervention in psychosis services: results from a longitudinal retrospective controlled study in England. BMJ Open 2016; 6: e012611
  12. Emsley et al. Schizophr Res. 2013;148:117–21;
  13. Robinson et al. Am J Psychiatry. 1999;156:544–9;
  14. Andreasen et al. Am J Psychiatry. 2005;162:441–9;
  15. Robinson et al. Arch Gen Psychiatry. 1999;56:241–7.
  16. Valenstein M,Blow FC, Copeland LA, MCCarthy JF, Zeber JE, Gillon L, et al. Poor antipsychotic adherence among patients with schizophrenia: medication and patient factors. Schizophr Bull. 2004; 30(2):255
  17. Baloush-Kleinman V, et al. Schizophr Res. 2011;130:176–81.
  18. McBride O, Teesson M, Slade T, Hasin D, Degenhardt L, Baillie A. Further evidence of differences in substance use and dependence between Australia and the United States. Drug Alcohol Depend. 2009;100 (3): 258-64
  19. Foglia E, Schoeler T, Klamerus E, Morgan K, Bhattacharyya S. Cannabis use and adherence to  antipsychotic medication: a systematic review and meta-analysis. Psychol Med. 2017; 47(10): 1.691-1.705