El problema actual más grave e importante en la Sanidad Pública es la situación de los médicos de Atención Primaria y ello es así porque la falta de accesibilidad y resolución repercute, a su vez, en todo el sistema sanitario, colapsando hospitales y urgencias.
Las causas son muchas, pero lo más urgente de abordar para que el problema no siga creciendo es LA FALTA DE MÉDICOS DE FAMILIA Y PEDIATRAS QUE QUIERAN TRABAJAR EN ESTE NIVEL ASISTENCIAL, en especial en las zonas rurales.
La falta de médicos, y más aún de médicos cualificados, en Atención Primaria es el resultado de la precariedad de los contratos que nos ofrecen y de las condiciones laborales: jornadas interminables de 24 horas, menor retribución que los compañeros hospitalarios (aunque nuestra carga asistencial sea mayor y de similar complejidad), trabajo a destajo, sin tiempo ni recursos diagnósticos suficientes, con múltiples tareas que no son de nuestra competencia que son reflejo de numerosos fallos o de ineficacias en el funcionamiento del sistema sanitario y de una pretensión de accesibilidad infinita del médico de Primaria que no se le exige a otros profesionales del mismo nivel asistencial y, menos aún, del hospitalario. ¿Cuántos médicos jóvenes quieren esas condiciones tan frustrantes cuando, emigrando a otra comunidad o país, cambiando a otra especialidad, trabajando en el hospital o en la Privada el reconocimiento, la estabilidad, o la carga o todo pueden ser mejores?
La Atención Primaria se desangra
La precariedad se resuelve con contratos largos, como Castilla-La Mancha, que ofrece a todos contratos de tres años; o mediante acceso directo a una plaza al terminar el MIR, como Galicia, que ha hecho un concurso de méritos con todas las plazas vacantes en puntos de difícil cobertura (PDC). En cambio, en Andalucía, han ofrecido, en general, contratos eventuales de seis meses de dispositivo de apoyo y ni siquiera para todos. El resultado, por ejemplo, en el Campo de Gibraltar es que de 18 que acaban, se quedan en Primaria tres.
Las jornadas de 24 horas y el trabajo a destajo y excesivo se soluciona con más plantilla médica para repartir las cargas de horas y trabajo. Creando plazas y dotándolas presupuestariamente con urgencia, no para dentro de cinco años.
La accesibilidad infinita al médico se puede solucionar filtrando sus citas y abriendo más citas a otras categorías profesionales, de Enfermería, Trabajo Social, Odontología y telefónicas a cada auxiliar administrativo, actualmente suelen tener una cantidad muy baja. Proponemos un número de unos 35 por profesional (si se estima que el médico puede con esta carga, otros profesionales también, ya que, en general, son consultas de menor complejidad y responsabilidad). Publicitándolo al máximo y enseñando a la población a elegir el profesional adecuado. Y creando los circuitos necesarios para acceder al hospital con facilidad, de manera que éste resolviera de forma directa los problemas de recetas sin hacer, pruebas sin prescribir, citas que no llegan o reagudizaciones de patologías de seguimiento exclusivo en consultas altamente especializadas. Así sería más probable que no nos entraran tantas peticiones de citas al médico de Primaria que no nos corresponden, podríamos desarrollar todo nuestro perfil profesional y atender a nuestros pacientes en la complejidad que nuestros conocimientos pueden ofrecer.
Huída
La huida de los médicos de Familia y pediatras a los hospitales se puede solucionar con iguales retribuciones en ambos niveles asistenciales, o mejor, pagando mejor en Primaria, como hacen en países de nuestro entorno que tienen claro lo que primero tiene que funcionar bien. La preferencia por plazas en grandes ciudades frente a lo rural y aislado se puede solucionar de igual manera, retribuyendo sustancialmente mejor esas plazas, 150 euros al mes no cubre ni la gasolina.
El pacto firmado entre el Servicio Andaluz de Salud (SAS) y las organizaciones sindicales firmantes estimamos que no da solución a los graves problemas que padecemos los médicos en gran parte de nuestros puestos de trabajo. Indudablemente, se han equivocado al no incluir como interlocutores a los propios afectados, los que más lo sufrimos y mejor conocemos la situación. Parece que la actual Consejería de Salud no ha entendido bien nuestras necesidades, y tampoco las organizaciones sindicales firmantes, y ello sin desmerecer lo conseguido, donde, al menos, hay promesas que, si se cumplen, pueden ser muy interesantes.
Así, el conflicto con los médicos de Primaria continuará porque nuestra situación es muy desesperada, nos va nuestro presente y futuro profesional en ello.