Se cumplen dos legislaturas desde que, por primera vez, me asomé al mundo sindical y me presenté a las elecciones para el Comité de Empresa de mi hospital. Yo estaba bastante escéptica, porque desarrollo mi actividad profesional en un centro de gestión indirecta (modelo Alzira o PPP) y por aquel entonces nos encontramos en plena marea blanca, con gran incertidumbre sobre el futuro del modelo. Nuestro sindicato se había posicionado en defensa de la gestión directa y yo no podía entender cómo nos proponían elaborar una candidatura bajo sus siglas.
Recuerdo una reunión con los que fueron mis padrinos sindicales, del hospital de al lado, en la que me dijeron: “Bajo el paraguas de AMYTS cabemos todos los médicos. AMYTS defiende al médico allá donde ejerza.” Y me convencieron.
A los 15 días de constituirse el Comité de Empresa, la nueva compañía que se hizo con la mayoría del accionariado del hospital nos convocó a una reunión en la que nos dijo textualmente: “Los sueldos de los médicos son impagables. Tenemos que negociar un nuevo modelo retributivo”. Y ahí comenzaron cinco meses de dura negociación, con cero experiencia por nuestra parte y con un tiburón que se las sabía todas por parte de la empresa. Fue una experiencia nueva para mí y también para el sindicato, porque nunca antes se había negociado algo tan concreto bajo el ámbito laboral privado. No era un convenio, era otra cosa.
Nueva sección de AMYTS
En estos ocho años hemos cambiado la mentalidad de nuestros compañeros delegados de otros sectores, dejando claro que AMYTS defiende al médico allá donde ejerceCuando todo acabó después de tres asambleas de médicos y numerosos borradores y propuestas, con gran desgaste de todos nosotros, decidí que esto no podía volver a ocurrirnos. Propuse al Comité Ejecutivo de AMYTS la creación de una Sección de Medicina Privada y Gestión Indirecta, subordinada al Sector de Atención Hospitalaria de nuestro sindicato.
Y ahí empezamos a rodar. En estos ocho años nos hemos presentado a numerosos procesos electorales. Hemos conseguido representación en los cuatro hospitales de gestión indirecta y en algunos centros privados puros. También hemos renovado y ampliado nuestra representación en un gran hospital concertado de Madrid.
En estos ocho años nos hemos convertido en un sector independiente por volumen y por temática, desgajado completamente de Atención Hospitalaria. En estos ocho años hemos tenido altibajos, recambio de personas, pero creo que hemos sido como un rodillo. Hemos cambiado la mentalidad de nuestros compañeros delegados de otros sectores, dejando claro aquello que me dijeron al principio, que AMYTS defiende al médico allá donde ejerce, y que no vamos a entrar en valoraciones políticas ni económicas sobre los modelos de gestión donde trabajamos cada uno de nosotros.
Condiciones laborales muy duras
En estos ocho años hemos dejado claro que nuestras condiciones laborales son muy duras, muchas veces peores que las de la pública tradicionalEn estos ocho años hemos dejado claro que nuestras condiciones laborales son muy duras, muchas veces peores que las de la pública tradicional. Hemos peleado por defender a nuestros compañeros en cada uno de los comités de empresa. Hemos denunciado en Inspección de Trabajo, después de aprender que es un arma poderosa para conseguir mejoras en nuestro ámbito. Hemos firmado algunos acuerdos, aunque en otros centros nos hemos dado continuamente contra la pared. Pero somos conscientes de que sin nosotros las cosas serían infinitamente peores para nuestros compañeros. Solamente nuestro papel de vigilancia, denuncia y freno es ya motivo suficiente para seguir adelante cuando flaqueamos.
Creo que en estos ocho años hemos ganado en reputación. Creo sinceramente que nuestro sector es potente, es creíble y tiene futuro. Nuestros compañeros confían en nosotros.
Tenemos muchos retos por delante: hay numerosos médicos bajo régimen mercantil que son falsos autónomos. Falta mucha regulación específica para médicos en nuestro pésimo convenio, que no podemos negociar porque no tenemos representatividad suficiente. Nuestros residentes están sin normativa propia, salvo alguna honrosa excepción…
En fin, que nos queda tarea. Tenemos ideas, tenemos motivos y tenemos el apoyo y respaldo de un gran sindicato como AMYTS. Cambiarán las personas, porque el desgaste de los delegados en el sector privado es enorme, pero llegarán otras con nuevas energías e ilusiones, y esta estructura, este rodillo, será imparable.