por la digitalización total de la documentación del paciente
La pandemia de la Covid-19 ha venido a poner de manifiesto deficiencias en el uso de las nuevas tecnologías en el campo de la documentación en relación con los pacientes y, por lo que parece, va a ser buen momento para su actualización.La crisis del coronavirus ha irrumpido en el ámbito laboral con una fuerza sin precedentes. Desde el confinamiento no han sido pocas las organizaciones y los profesionales que han lamentado no haber realizado una inversión, ya sea de tiempo o de dinero, en digitalizar información crucial para su actividad. En sectores en los que la digitalización de documentos y procesos no había sido priorizada han quedado al descubierto determinadas carencias que evidencian la necesidad de ganar agilidad y eficiencia. Estas urgencias serán las que permitan adelantarse a los cambios que surgirán en la era post-Covid con nuevas propuestas de valor. La innovación debe abrirse paso en aquellas estructuras operativas ancladas en el pasado, como así pasa todavía en el ámbito de la sanidad.
La pandemia del Covid-19 ha extremado los protocolos sanitarios y de salud pública como nunca antes habíamos visto. La sobrecarga en urgencias y las condiciones bajo las que se realiza la atención a pacientes han cambiado drásticamente la forma de trabajar no solo de los profesionales médicos en primera línea, sino también de todo el personal administrativo en centros de salud y hospitales.
Multitud de documentos
Si bien el coronavirus no será el motivo principal por el que distintos sectores acometan finalmente su transformación digital, sí que sentará las bases para acelerar un cambio que en los últimos años se había iniciadoEn los mostradores de atención al paciente se manejan a diario infinidad de documentos en formato físico, como tarjetas sanitarias o consentimientos informados, cuya gestión no resulta del todo eficiente, y genera todavía más papel, al no contar con sistemas que digitalicen y almacenen la información de manera rápida y segura. A esto se le une el hecho de que, una vez superada la pandemia, veremos probablemente cómo la manipulación de este tipo de documentación será mínima. Se instalarán dispositivos tecnológicos para el registro de entrada con el que se podrán digitalizar documentos personales sin que nadie más que su propietario los toque. Un paso más allá sería la mayor implementación de tecnologías contactless o, incluso, biométricas que permitan, con solo mostrar la palma de la mano, la autenticación de un usuario para que se conecte remotamente y acceda tanto a datos como a aplicaciones de la forma más fiable, cómoda e higiénica posible.
Antes que eso convendría digitalizar las historias clínicas de pacientes, lo que ayudaría a reducir la carga administrativa en el sector sanitario; y, si la solución digital lo permite, que los datos de interés contenidos en estas sean fáciles de clasificar y queden más accesibles para alcanzar una verdadera interoperatibilidad entre los sistemas sanitarios de cada comunidad o con la privada.
Documentación en papel
No obstante, no en todos los casos es posible ni conveniente la eliminación del papel de procesos, sobre todo los que tienen que ver con el paciente. En muchos casos el papel es el medio preferido y –me atrevería a decir– el único efectivo para que los pacientes puedan estar acompañados en el proceso de cura y, por tanto, para que puedan dar feedback de su salud (apuntar síntomas, temperaturas, medicaciones, estados de ánimo) y acerca de la gestión. La hospitalización domiciliaria como tendencia ha venido para quedarse y el intercambio de información en papel irá en aumento. Desde el mundo de la tecnología debemos de proporcionar los medios adecuados para capturar esa información e incorporarla a los sistemas de gestión de forma eficiente.Si bien el coronavirus no será el motivo principal por el que distintos sectores acometan finalmente su transformación digital, sí que sentará las bases para acelerar un cambio que en los últimos años se había iniciado en organizaciones sanitarias no solo de España, sino de todo el mundo. El reto está siendo enorme en el sector de la salud. Quizá sea el mayor desafío al que se hayan enfrentado nunca. Como actores clave en el panorama de TI, tenemos ahora una enorme oportunidad para ayudar en esa estrategia de digitalización a aquellas organizaciones que se han visto afectadas por no contar con las herramientas adecuadas para trabajar en estas duras circunstancias y, asimismo, afianzar los avances de las que están ya inmersas en este proceso.