Juan Pablo Núñez

Tribuna de opinión

La contaminación también daña nuestra salud ocular

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se registra un aumento de ojo seco en la población

La contaminación es un problema que hoy en día preocupa a los habitantes de las grandes ciudades. Actualmente sufrimos uno de esos periodos de sequía tan característicos de nuestro país y que, acompañado además por la falta de viento, eleva los niveles de contaminación por encima de los niveles considerados “aceptables”.

Conocidos son sus efectos sobre el aparato respiratorio, pero ¿qué consecuencias tiene sobre la salud de nuestros ojos? Los ojos se encuentran recubiertos por una fina capa mucosa llamada conjuntiva. Nuestros bronquios también están recubiertos por una fina membrana cuyas características son en cierta forma comunes a las de la conjuntiva, puesto que ambas son capas mucosas de protección. Los mecanismos por los que los gases y partículas en suspensión afectan al aparato respiratorio podrían explicar cómo la contaminación irrita nuestra superficie ocular.
Combustión de vehículos de motor
Un estudio reciente ha establecido la relación entre los altos niveles de contaminación y la disminución de la humedad del ambiente con un aumento del porcentaje de ojo seco en la población
La mayoría de los contaminantes que respiramos en las grandes ciudades proceden fundamentalmente de la combustión de vehículos de motor, aunque también son importantes los gases generados en centrales energéticas y otros procesos industriales. Entre ellos, uno de los más importantes es el CO. Se trata de un gas incoloro e inodoro que se produce por la combustión incompleta de sustancias que contienen carbono y cuyo mecanismo de toxicidad es el de “asfixiar” a las células impidiendo que la hemoglobina transporte el oxígeno hasta ellas. Por otro lado, las partículas en suspensión (por ejemplo el benzopireno, el formaldehído y el benceno), pueden alterar los mecanismos de defensa de nuestras células, además de producir irritación directa de la conjuntiva de nuestros ojos.

Todos estos mecanismos llevarán a aumentar la inflamación de la superficie ocular con enrojecimiento, escozor, lagrimeo…  Pero no sólo aumenta la inflamación; en un estudio reciente con un elevado número de pacientes, se ha establecido la relación entre los altos niveles de contaminación y la disminución de la humedad del ambiente con un aumento del porcentaje de ojo seco en la población. Por tanto el mecanismo de acción sería doble, inflamación + ojo seco.
Consejos preventivos
¿Cuáles serían los consejos para proteger nuestros ojos de los efectos de la contaminación? Lo más recomendable sería irse a vivir al campo o a la playa; pero como eso no siempre es posible, para los que tenemos que vivir y trabajar rodeados por esta nube de humo, ¿qué hacer?

Pues bien, podemos usar gafas de sol de superficie amplia y filtro UV cuando nos encontremos al aire libre, pues nos protegerán del viento, podemos hidratarnos los ojos con lágrimas artificiales, evitar los ambientes cargados con humo de tabaco y no olvidar beber mucho agua para mantenernos hidratados y pestañear con frecuencia, actividad que a veces olvidamos cuando nos pasamos horas delante de nuestras pantallas de ordenador.

A pesar de seguir todos estos consejos y, si los síntomas no remiten, lo más recomendable es siempre acudir a un especialista en oftalmología para que nos valore y prescriba el tratamiento más adecuado a nuestra patología.