Punto de vista
La repercusión de las enfermedades de la tiroides sobre la persona ha sido objeto de atención de la 9ª Semana Internacional de la Tiroides, celebrada recientemente y cuyos principales detalles se recogen en este trabajo.Según un reciente estudio de población en España, la prevalencia de disfunción tiroidea es del 10% (0.8% de hipertiroidismo y 9.1% de hipotiroidismo)1. Considerando que existe un alto porcentaje de casos de hipotiroidismo sin diagnosticar 2, se ha generado un debate sobre la necesidad de cribado de la función tiroidea en la población general o sólo en poblaciones de riesgo y especialmente en mujeres embarazadas (preferentemente antes de la semana 10ª) o con deseo de gestación. En nuestro país sí se realiza el cribado del hipotiroidismo congénito en todos los recién nacidos desde hace más de 20 años.
Síntomas de hipotiroidismo
Muchos pacientes responsabilizan a su ritmo de vida de síntomas como los cambios de peso o la fatiga, sin ser conscientes de que la causa de estos síntomas pueden ser las enfermedades de la tiroidesAunque algunos síntomas de hipotiroidismo, como cansancio, somnolencia, lentitud mental, etc. son inespecíficos, otros son más orientativos: un retraso de crecimiento, bocio, depresión, parestesias, síndrome del túnel carpiano, mialgias, voz ronca, hipercolesterolemia, derrame pericárdico, artritis, piel seca, gruesa, pálida y amarillenta (hipercarotinemia), hiperqueratosis de palmas y plantas, menorragia, abortos, edemas, bradicardia, relajación lenta de los reflejos aquíleos, hipertensión diastólica, etc.
Sobre este aspecto ha incidido la 9ª Semana Internacional de la Tiroides, promovida por Merck junto a la Federación Internacional de Tiroides, que se celebró el pasado mes de mayo con el lema “No eres tú. Es tu tiroides”, con el objetivo de remarcar los aspectos menos conocidos de estas afecciones y recordar que muchos pacientes responsabilizan a su ritmo de vida de síntomas como los cambios de peso o la fatiga, sin ser conscientes de que la causa de estos síntomas pueden ser las enfermedades de la tiroides.
Sospechas de hipotiroidismo
Los pacientes en quienes podemos sospechar un hipotiroidismo también son los que tienen antecedentes personales o familiares de enfermedades autoinmunes tiroideas o extratiroideas (insuficiencia adrenal, diabetes mellitus tipo 1, anemia perniciosa, etc.), los que han sido irradiados en cabeza o cuello, o han recibido tratamiento con radioyodo por un hipertiroidismo, han tenido intervenciones quirúrgicas tiroideas o hipofisarias, en las personas con síndrome de Down, los que reciben tratamientos con litio, inhibidores de tirocina cinasa, etc. La amiodarona, los contrastes yodados y los antisépticos yodados, por su excesivo contenido en yodo, pueden hacer manifiesto un hipotiroidismo o un hipertiroidismo en personas con patología tiroidea subclínica. Se recomienda también evitar el uso de antisépticos yodados en los partos por el riesgo de producir hipotiroidismo transitorio en los recién nacidos.En España, los estudios más recientes han encontrado una adecuada nutrición de yodo en adultos y niños en edad escolar, pero no así en mujeres gestantesLa deficiencia nutricional de yodo puede ser causa de hipotiroidismo. En España, los estudios más recientes han encontrado una adecuada nutrición de yodo en adultos y niños en edad escolar, pero no así en mujeres gestantes, en quienes los requerimientos de yodo son mayores3,4. La deficiencia de yodo en el embarazo es causa de hipotiroxinemia y de hipotiroidismo, teniendo ambas situaciones consecuencias muy negativas para el feto y la madre. Siempre que no se pueda asegurar la adecuada nutrición de yodo en el embarazo y lactancia es recomendable recurrir a los suplementos farmacológicos de yodo.
La determinación de tirotropina (TSH) es la prueba más simple para diagnosticar la mayoría de los casos ambulatorios de disfunción tiroidea. El hallazgo de una TSH alta es el primer paso en el diagnóstico del hipotiroidismo primario, pero no lo es en los hipotiroidismos secundarios (hipofisarios) o terciarios (hipotalámicos) en que se puede encontrar baja o normal. Algunos medicamentos de uso frecuente: glucocorticoides, dopaminérgicos, opiáceos, inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, etc., también pueden bajar la TSH, enmascarando el diagnóstico del hipotiroidismo. En todos estos casos el diagnóstico recae en la detección de niveles bajos de T4 libre.
Tratamiento de elección
El tratamiento de elección del hipotiroidismo es el de sustitución con levotiroxina sódica por vía oral. Se deben tratar todos los casos de hipotiroidismo clínico (con T4 libre baja y TSH alta).Ha sido polémica la decisión sobre la conveniencia o no del tratamiento sustitutivo con levotiroxina en el hipotiroidismo subclínico (T4 libre normal y TSH alta). La extensa bibliografía sobre este punto ha sido revisada exhaustivamente por Biondi y Cooper 5, y las guías clínicas 6,7. Así se ha definido que se debe tratar el hipotiroidismo subclínico en mujeres embarazadas, que existe un aumento del riesgo cardiovascular en personas menores de 65 años (especialmente si tienen síntomas o signos de hipotiroidismo, alto riesgo cardiovascular previo, cardiopatía isquémica, insuficiencia cardiaca, diabetes, dislipemia, tabaquismo, bocio y/o anticuerpos antiperoxidasa tiroidea positivos) a medida que aumentan los valores de TSH, por lo que se justifica su tratamiento.
Finalmente, en el estudio TRUST 8 se sugiere que los mayores de 65 años no se benefician del tratamiento del hipotiroidismo subclínico en cuanto a la mejoría de los síntomas o la calidad de vida, aunque con la limitación de no poder aclarar su potencial beneficio cardiovascular en esta franja de edad.
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