Juan Pablo Núñez

Tribuna de opinión

Big Data o el camino para llegar a medicina personalizada

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Punto de vista

Los beneficios de todo tipo asociados a la utilización del Big Data en la medicina, puestos de relieve por el analista, obligan al menos a considerar la conveniencia de  su utilización.

La sanidad actual se enfrenta a grandes retos que van a cambiar de manera radical la forma de tratar a los pacientes y la forma de diagnosticar las enfermedades. El personal sanitario trabaja cada vez con mayor cantidad de información clínica, proveniente de diversas fuentes, que muchas veces es incapaz de analizar y procesar y, por otro lado, los elevados costes sanitarios y la ineficiencia en la asignación de recursos sanitarios, desde el diagnóstico hasta el tratamiento del paciente, complican cada vez más la labor de los médicos.
Las aplicaciones de Big Data en el campo de la salud podrían suponer beneficios superiores a los 300.000 millones de euros al sector público europeo
Ante esta realidad se impone una nueva forma de hacer medicina que contribuya al avance definitivo de los diagnósticos y de los tratamientos. Es lo que comienza a conocerse como medicina personalizada y que se basa en tres puntos estratégicos: la predicción, ya que aspira a adelantarse a la aparición de las enfermedades. Para ello debe averiguar quiénes tienen más riesgo de padecer determinadas patologías. La prevención, porque una vez que se ha identificado los potenciales pacientes, se pasa a la acción, y, por último, su carácter participativo.
Hoja de ruta terapéutica
El desarrollo de esta medicina necesita la participación de todos: de las instituciones académicas, de los profesionales sanitarios y de los organismos reguladores, pero, además, no hay que pasar por alto la necesaria implicación de otro agente decisivo, el propio paciente. El objetivo es trazar una hoja de ruta terapéutica que vaya más allá del ADN y que se centre en cómo responderá un paciente a cada uno de los fármacos o las pruebas en función de su genoma, enfocando todas las posibilidades que en estos momentos nos ofrece la ciencia, según sus características, y así establecer de forma mucho más efectiva su tratamiento. Además, con el crecimiento de información disponible se posibilitan nuevas formas de análisis de la información que permitirán, al igual que ya se hace con la información socio-económica, hallar patrones de propagación de enfermedades que permitan planificar vacunaciones más efectivas o explotar la relación causa/efecto de diversos factores medio ambientales.
Los beneficios de la medicina personalizada pueden ser mayores que los inconvenientes o retos
Y aunque, como sucede en todas las áreas de la vida, siempre hay detractores, los beneficios de la medicina personalizada pueden ser mayores que los inconvenientes o retos, ya que permitirá detectar enfermedades en un estado inicial, cuando es fácil tratarlas de manera efectiva. El análisis genómico facilita ya predecir las probabilidades de padecer una enfermedad o decidir el mejor tratamiento para un diagnóstico, en función de los marcadores genéticos únicos de cada paciente, elegir la terapia óptima y reducir el error de prescripción de los medicamentos y las posibles reacciones adversas a medicamentos, incrementando la afinidad del paciente a la terapia y, sobre todo, reducir los costes generales del cuidado sanitario.
Trabajar con los pacientes individualmente
Llegar a la verdadera medicina personalizada... no será posible sin soluciones tecnológicas especificas para estos nuevos retos y que se basan en herramientas Big Data
Sin embargo, y aunque sobre el papel todo parece sencillo, llegar a la verdadera medicina personalizada, aquella que llevan a cabo los profesionales sanitarios cuando comparten con sus pacientes, de manera individualizada, decisiones diagnósticas y terapéuticas de forma estructurada y moldeable, no será posible sin soluciones tecnológicas especificas para estos nuevos retos y que se basan en herramientas Big Data que permitirán, por ejemplo, la gestión de cohortes de pacientes participantes en estudios de investigación o diagnósticos, el acceso inmediato a historia de pacientes con toda la información acumulada por todos los actores que interactúan con el mismo, la visualización de variantes genéticas integradas, la búsqueda avanzada de textos en todas las fuentes disponibles, la extracción de información de documentos no estructurados y la recolección de resultados.

Estas soluciones tecnológicas, que ya están disponibles en el mercado, pasan necesariamente por sistemas de almacenamiento masivo de información generada no solo por los sistemas clínicos tradicionales, sino por una multitud de dispositivos de captura de información que utilizan los pacientes en su vida diaria (fitbit, sensores, apps), y que son una fuente de datos muy valiosos para conocer la salud de los ciudadanos.
Sistemas de análisis de la información
Pero también sistemas de análisis de la información en tiempo real y plataformas de integración de información entre distintas aplicaciones y orígenes de datos que ayuden a tomar decisiones individualizadas y, por tanto, mucho más eficaces gracias a la posibilidad que ofrece Big Data de combinar los datos tradicionales con otras nuevas formas de datos tanto a nivel individual como poblacional”; es decir, realizar la integración de datos estructurados y no estructurados.

Y aunque hablar de cifras siempre es difícil, diferentes estudios internacionales calculan que las aplicaciones de Big Data en el campo de la salud podrían suponer beneficios superiores a los 300.000 millones de euros al sector público europeo y unos 400.000 millones de dólares al sector de sanidad de los EEUU. Dos tercios de este valor corresponderían a la reducción de los gastos en cuidados de salud.

Podríamos resumir que Big Data tiene la oportunidad de contribuir a mejorar la asistencia sanitaria, salvar vidas, expandir el acceso a los sistemas de salud, alinear los costes con los resultados y contribuir a ralentizar el crecimiento de los costes en salud.