Con motivo de las próximas elecciones, y aunque la memoria -sobre todo la memoria política- tiene los pies muy cortos, no puedo dejar de recordar cómo los políticos actúan de forma absolutamente impune, prometen sin ningún tipo de pudor a sabiendas de la ausencia de responsabilidad posterior ante el incumplimiento sistemático -y garantizado- de la inmensa mayoría de las promesas que hacen en elecciones para obtener nuestro voto. El voto, lo único que les importa de nosotros, los ciudadanos, nuestro voto.
Que, por otro lado, es muy escaso. Apenas nos permiten elegir una lista cerrada de representantes cada cuatro años, salvo acuerdos de Gobierno mal avenidos. La partitocracia está ahogando la Democracia liberal, pero este es otro tema.
Y me ha venido a la mente la diferencia tan terrible de responsabilidad que tenemos los médicos en todos y cada uno de nuestros actos:
- Responsabilidad cuando emitimos un diagnóstico.
- Responsabilidad cuando pautamos un tratamiento.
- Responsabilidad por los consejos de salud dados (o no dados por falta de tiempo).
- Responsabilidad con los tiempos de espera en nuestra propia consulta…
Pedir cuentas
Esta gran responsabilidad que guía nuestras vidas profesionales y que hace que tantas veces nos llevemos a nuestra casa, incluso a nuestra cama, los problemas de nuestros pacientes, que hace que nos veamos obligados a contratar seguros de responsabilidad civil para que nuestra familia quede protegida, en el caso de que cometemos algún error, o que nuestros actos no produzcan los beneficios esperados, o que nos equivoquemos…
Y los políticos ¿qué responsabilidad tienen los políticos? ¿Podemos pedirles cuentas cuando toman decisiones que no solo no son beneficiosas para los ciudadanos, sino que pueden dañarles? ¿Podemos pedirles alguna responsabilidad cuando hacen promesas que incumplen? ¿Podemos pedirles alguna responsabilidad cuando se suben el sueldo, se bajan las penas que les pueden ser aplicadas a ellos?...
Nos ordeñan como si fuéramos vacas lecheras a base de unos impuestos que prometen para Sanidad, educación, y que sabemos que, luego, tienen muchísimas otras salidas que benefician con mucha frecuencia a sus círculos de confianza…
La actuación del médico y su responsabilidad.
La actuación del político y responsabilidad.
La profesión peor valorada
Y, luego, se sorprenden de ser la profesión peor valorada de entre todas y que la población considere que la clase política es uno de los problemas más graves en nuestro país.
¿Queda algún político honesto dispuesto a cambiar esto? Probablemente sí, pero me temo que fuera de los círculos de poder en los que se toman las decisiones necesarias para cambiar esto. Porque la política ha dejado de ser un servicio al ciudadano y se ha convertido en una profesión en la que no hace falta seguro de responsabilidad civil.