Ante la réplica suscitada por su 'mirador' sobre curación y prevención, Juan Gérvas ha escrito una contrarréplica, con la intención manifiesta de arrojar luz en un terreno en el que, por lo que pone de manifiesto, predominan determinados prejuicios, ajenos al actual momento del saber.
Es de agradecer el debate sobre el tétanos y su vacuna, tal y como lo plantea la Dra. Berta Uriel Latorre, presidente de la SEMPSPH
https://www.actasanitaria.com/opinion/punto-de-vista/articulo-por-una-medicina-preventiva.html
Efectivamente, el tétanos es enfermedad infecciosa grave, que generalmente acaba en muerte, tras una larga agonía.
La vacuna contra el tétanos disminuye la mortalidad y la morbilidad. Su efectividad no es total, como no lo es la de ninguna vacuna. Es posible la enfermedad incluso con una correcta vacunación, y suficiente nivel de anticuerpos en sangre, pero la vacunación disminuye tanto la incidencia como la mortalidad. De hecho, las muertes por tétanos se concentran en los no vacunados, o vacunados incorrectamente.
La vacunación correcta incluye cinco-seis dosis en el calendario infanto-juvenil, y una dosis única de recuerdo a los 65 años. Se evitan los efectos adversos de las re-vacunaciones innecesarias y se hace más efectiva la vacunación.
Es lástima que en la página oficial de la SEMPSPH se siga recomendando en julio de 2012 una pauta sin fundamento científico, de revacunación contra el tétanos cada diez años a partir de la última dosis del calendario infanto-juvenil, en su "Calendario de vacunaciones SEMPSPH"
Al Ministerio de Sanidad le costó casi un cuarto de siglo aceptar la pauta de una dosis única de recuerdo a los 65 años, pero en 2009 publicó un texto con tal recomendación
http://www.msc.es/ciudadanos/proteccionSalud/vacunaciones/docs/TetanosDifteria2009.pdf
Es extraño que la Dra. Berta Uriel Latorre, presidente de la SEMPSPH, no ponga "orden en casa", y consienta el despropósito de recomendar la re-vacunación antitetánica cada diez años.
Es extraño, también, que interprete una situación clínica de consulta por un adolescente con dolor abdominal sugerente de apendicitis en el día de su última dosis del calendario infanto-juvenil, como recomendación en contra de la vacuna antitetánica
https://www.actasanitaria.com/opinion/el-mirador/articulo-mas-curacion-y-menos-prevencion.html
Literalmente consta "La prevención está muy bien pero, en un ejemplo, no podemos dejar de diagnosticar y tratar la apendicitis de un adolescente por vacunarlo correctamente con la última dosis de antitetánica. La probabilidad de muerte por tétanos es remota, frente a la muerte probable y cercana por una apendicitis con retraso diagnóstico".
Lo cortés no quita lo valiente, y tras el diagnóstico y correcto tratamiento de la apendicitis, se debe finalizar el calendario vacunal, y poner la dosis correspondiente, en visita posterior. No podemos dejar a los pacientes morir por "cólico miserere", como en la Edad Media, por un énfasis erróneo en la prevención.
Recomiendo a la Dra. Berta Uriel Latorre la lectura de las numerosas publicaciones en que he citado la vacuna antitetánica como esencial, al tiempo que recomendado el cumplimiento de las cinco-seis dosis del calendario infanto-juvenil con sólo una dosis posterior de recuerdo, a los 65 años (con las excepciones que todo clínico conoce, como gran quemadura, por ejemplo)
http://www.bolinf.es/wp/archives/28614
Este conocimiento es de 1987, como poco, pero ya sabemos que pasan veinte años para que la ciencia llegue a la calle. Es de esperar que la Dra. Berta Uriel Latorre, presidente de la SEMPSPH, urja a sus socios a elaborar el calendario vacunal con pautas científicas, pues ya ha pasado un cuarto de siglo desde que sabemos de la extraordinaria efectividad de la vacuna antitetánica (y cómo evitar los efectos adversos de las re-vacunaciones innecesarias).
También es de esperar que entienda el adecuado balance entre actividades preventivas y curativas, y la crítica honrada y franca de algunos profesionales sanitarios contra los excesos de la prevención en general y de las vacunas en particular. No se trata del gasto sanitario (evite equivocarse en esto) sino de la vida de los pacientes.
En todo caso, como profesor de salud pública, comparto las preocupaciones y la buena intención que anima a la Dra. Berta Uriel Latorre, y a los socios de la SESPMPH, y estoy unido a ellos en la búsqueda de lo mejor en prevención.
Nota: El autor de referencia en España es Luis Palomo (por más que la publicación del Ministerio de Sanidad, de 2009, no lo citara)
- Palomo L. Estudio seroepidemiológico de la inmunidad antitetánica postvacunal en Barrado (Cáceres). Rev San Higiene Pública. 1987; 61: 1201-8
- Palomo L. La efectividad de las vacunaciones sistemáticas en España. Aten Primaria. 1991; 8: 503-8
- Palomo L. Efectividad de la vacunación antitetánica a los 10 años de la última dosis en una población adulta. Aten Primaria. 1994; 14: 707-10
- Palomo L. Estrategias de vacunación antitetánica en el adulto. Boletín REAP. 1997; 2 (2): 10
- Palomo L. ¿Cómo y cuando tomar las decisiones adecuadas sobre la vacunación antitetánica? SEMERGEN. 2004; 30(7): 362
- Palomo L, Gervas J. Profilaxis antitetánica en urgencias y medicina defensiva. Med Clin (Barc). 2007; 129(16): 638-9
- Palomo L, Gérvas G. ¿Criterios comerciales o criterios epidemiológicos en la vacunación antitetánica? Aten Primaria. 2009; 41:292-3