Cara Juan Gervas

El mirador

Las vacunas en su laberinto: de la ignorancia al autismo

Doctor en Medicina. Médico General jubilado. Equipo CESCA (Madrid, España). [email protected]; [email protected]; www.equipocesca.org; https://t.me/gervassalud

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Juan Gérvas Nov-16 (2)
Juan Gérvas Nov-16 (2)

El Mirador

Las vacunas no tienen nada que ver con el autismo, en contra de lo difundido por una información sin fundamento que les atribuye el incremento del número de personas afectadas del trastorno del espectro autista (TEA). La situación sirve a nuestro colaborador para aclarar algunos aspectos relacionados con las vacunas y para subrayar que, en gran medida, el incremento del número de casos de autismo tiene mucho que ver con la actuación de los 'etiquetadores' de la patología sin base científica alguna.

¿Qué son las vacunas? Medicamentos biológicos

Hay medicamentos de estructura química sencilla y fáciles de producir por síntesis, como el ácido acetilsalicílico (aspirina). La aspirina fue el nombre comercial que le dio Bayer cuando sintetizó el ácido acetilsalicílico en 1899 y su popularidad fue máxima en la primera mitad del siglo XX. Luego fue perdiendo importancia por el desarrollo del paracetamol en 1956 y del ibuprofeno en 1962, otros dos medicamentos de estructura química sencilla y de fácil síntesis industrial.

Las vacunas son medicamentos biológicos, medicamentos complejos que distan mucho de la perfección

Las vacunas son medicamentos biológicos, complejos, y en general son grandes moléculas de proteínas que no se sintetizan artificialmente y cuya producción industrial no es sencilla. Se administran por vía inyectable, pues serían destruidas por los jugos digestivos, aunque hay alguna excepción como la vacuna oral de la poliomielitis y la del rotavirus, de virus inactivados. El ejemplo clásico de vacuna es el de la vacuna contra la viruela, la vacuna por antonomasia, empleada por primera vez en 1796, cuyo nombre alude a su origen (secreciones de pústulas de la viruela bovina).

Las vacunas producen una respuesta inmunológica que facilita después la rápida defensa frente a la infección propiamente dicha y en algunos casos la vacunación provoca molestias y daños varios que remedan la propia infección. Parafraseando a los indios de las posesiones españolas en América al ser vacunados contra la viruela: ¿por qué padecer ahora y no esperar a después?, o ¿previene lo similar a lo similar?. Desde luego, la vacuna puede producir daños al complicarse; por ejemplo, la vacuna del sarampión provoca una encefalitis por millón de dosis, pero el propio sarampión causa una encefalitis por mil casos. El beneficio conlleva, claramente, el uso de la vacuna contra el sarampión.

La mejor vacuna no sirve para nada si no se transporta en condiciones idóneas o si no se emplea; es decir, si no hay vacunación apropiada. Por ejemplo, sin la cadena del frío y/o sin jeringuillas la vacuna de la fiebre amarilla es inútil y ambas situaciones se dieron durante el brote de fiebre amarilla en África, en 2016 http://www.elmundo.es/salud/2016/08/10/57aa3233e5fdeae2318b4580.html

¿Hay mucha ignorancia respecto a las vacunas? Sí, un ejemplo: los brotes de tosferina/pertusis atribuidos a los anti-vacunas

Hay mucha ignorancia respecto a las vacunas, tanto a favor (pro-vacunas) como en contra (anti-vacunas).

Los brotes de tosferina/pertusis no tienen nada que ver con los anti-vacunas, sino con los defectos y problemas de su vacuna

Las vacunas son medicamentos biológicos, medicamentos complejos que distan mucho de la perfección. Quizá las dos mejores vacunas sean la de la viruela (ya no se utiliza pues la enfermedad ha sido erradicada) y la de la fiebre amarilla (una infección que avanza en todo el mundo, con un brote muy llamativo en Brasil en 2017). Ambas producen inmunidad de por vida con una sola dosis. Pero en general las vacunas producen inmunidad temporal; es decir, son bombas de tiempo que solucionan temporalmente el problema concreto (fase de “luna de miel”) y se requiere la re-vacunación, pues son simples parches https://www.actasanitaria.com/vacunas-como-bombas-de-tiempo/

Lo demuestran bien los brotes de tosferina/pertusis en Estados Unidos, donde ya han pasado la fase de “luna de miel” y se dan casos en grupos de población bien vacunados. Además, la vacuna de la tosferina/pertusis no produce inmunidad de grupo/rebaño pues sólo protege al vacunado, como la vacuna del tétanos (tiene un beneficio individual, no para el resto de la población). Lo que es peor, el vacunado puede transportar y difundir cepas de bacterias que contagian a otros. Y, peor todavía, la propia vacuna fuerza la evolución de las bacterias de forma que terminan generando cepas más agresivas que eluden las defensas generadas por la vacuna http://www.pnas.org/content/111/9/3213 https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4321240/ http://rspb.royalsocietypublishing.org/cont…/…/1822/20152309 http://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMoa1200850#t=article http://cshperspectives.cshlp.org/…/cshperspect.a029553.abst… http://cshperspectives.cshlp.org/…/cshperspect.a029629.abst… http://cshperspectives.cshlp.org/…/cshperspect.a029454.abst… http://equipocesca.org/bebes-nuertos-por-tosferina-sean-ci…/ http://www.eurosurveillance.org/ViewArticle.aspx?ArticleId=22772

Pues bien, son muchos los pro-vacunas que difunden la idea de que los brotes de tosferina/pertusis se deben a los anti-vacunas, como: 1. un “luchador contra las pseudociencias” (“Fighting Pseudoscience”) https://www.forbes.com/sites/stevensalzberg/2012/07/23/anti-vaccine-movement-causes-the-worst-whooping-cough-epidemic-in-70-years/#181fc08e6ae2 2 un pediatra pro-vacunas http://www.pediatriabasadaenpruebas.com/2012/08/tosferina-movimientos-antivacunas-y-el.html 3 un dibujante de tebeos científicos https://pantomaka.com/2017/05/22/vacunas-funcionan/

Los brotes de tosferina/pertusis no tienen nada que ver con los anti-vacunas, sino con los defectos y problemas de su vacuna.

¿Tienen algo que ver las vacunas y el autismo? No. Pero LEA, POR FAVOR

Las vacunas no tienen nada que ver con el autismo (trastornos del espectro autista) https://autismoevaccini.files.wordpress.com/2014/05/vaccines-are-not-associated-with-autism.pdf https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/25562790

Se puede deducir que es la propia actividad médica “etiquetadora” la productora del incremento en el diagnóstico de autismo

El problema es que se ha ido incrementando el número de vacunas al tiempo que ha aumentado el número de pacientes diagnosticados de autismo. Es decir, se puede percibir una asociación temporal entre vacunas y autismo pues cada vez hay más vacunaciones y más autismo. Por un lado, la vacunación es muy llamativa, por la inyección (según Foucault, el más poderoso símbolo del “biopoder”); por otro lado, el diagnóstico de autismo es impactante y, en Estados Unidos, por ejemplo, se ha pasado de 1 caso de autismo por cada 2.500 niños en los años 70 a 1 caso por cada 68 en la actualidad https://www.cdc.gov/ncbddd/autism/data.html

Es decir, la incidencia del autismo se ha multiplicado por 37. El autismo existe y conlleva gran sufrimiento y por ello los padres exigen una explicación, algo que justifique tal incremento. Es lógico que haya una alarma social por más que los casos graves apenas se hayan incrementado, como se ha demostrado por ejemplo en Estocolmo, Suecia (de 2001 a 2011 ha pasado de 0,28 a 0,34%) https://link.springer.com/article/10.1007/s10803-014-2336-y

Se puede deducir que es la propia actividad médica “etiquetadora” la productora del incremento en el diagnóstico de autismo. Esta actividad es probablemente dañina, pues la etiqueta indiscriminada en sí ayuda poco y conlleva terribles sufrimientos personales y familiares, además de sociales.

En Minnesota, Estados Unidos, hay una importante comunidad de somalíes, emigrantes establecidos allí sin ningún problema. Sus niños también sufren la “epidemia de etiquetas de autismo”, lo que provocó la lógica alarma, y la difusión de ideas que asociaban el diagnóstico a la vacunación con la triple vírica (sarampión, rubéola y paperas/parotiditis) por la ignorancia de anti-vacunas. Como consecuencia, la cobertura vacunal de la triple vírica bajó en esa comunidad del 92% en 2004 al 43% en 2014. Y en 2017 están con un brote de sarampión que ha provocado 73 casos https://www.washingtonpost.com/national/health-science/anti-vaccine-activists-spark-a-states-worst-measles-outbreak-in-decades/2017/05/04/a1fac952-2f39-11e7-9dec-764dc781686f_story.html?utm_term=.ef5f25d0510a http://edition.cnn.com/2017/06/02/health/minnesota-measles-outbreak-bn/index.html

¿Son “inocentes” los médicos etiquetadores de autismo indiscriminado que “rebajan” el diagnóstico hasta multiplicar por 37 la incidencia? No. La actividad etiquetadora psiquiátrica tiene importantes consecuencias personales, familiares y sociales, y este es un buen ejemplo ya que demuestra el nexo entre el exceso diagnóstico de autismo y el rechazo social a la vacuna triple vírica.

Síntesis

Las vacunas son un tesoro de medicamentos biológicos que se administran por inyección generalmente. Conviene mejorarlas para que crezca su valor. También conviene combatir la ignorancia de los pro-vacunas y los anti-vacunas, pues las vacunas son medicamentos esenciales que hay que utilizar apropiadamente. El ejemplo somalí en Minnesota (Estados Unidos) sirve para explicar la importancia de la vacunología social, pues en este caso el exceso de diagnósticos de autismo provocó un brote de sarampión.

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