No. Un embrión-feto no es un bebé
La noticia dice: "Sufre un aborto y pierde el bebé de nueve semanas que esperaba" .
NO.
A las 9 semanas se pierde un feto.
Un feto no es un bebé.
Un bebé es un recién nacido, un niño pequeño que mama.
Transformar a embriones (hasta las 8 semanas) y fetos (desde las 8 semanas hasta el parto) en bebés implica una filosofía que pone al embrión-feto por encima de la madre.
El lenguaje no es neutral, por más que sea “inocente”.
Por ejemplo, que alguien se identifique como “padre” o “madre” de un gato o de un perro no es neutral.
Transformar en las noticias al embrión-feto en bebé tampoco es neutral, es una manipulación.
Un embrión-feto no es una “persona”
Un embrión-feto no es un bebé.
Un embrión-feto no es una persona.
Un bebé es una persona.
Código Civil, España: se es persona desde el nacimiento:
"La personalidad se adquiere en el momento del nacimiento con vida, una vez producido el entero desprendimiento del seno materno."
Lo de decir "bebé" por "embrión-feto" es común, pero sin sentido científico. Con el problema de la ideología que promueve eso del "no-nacido" para convertirlo en persona.
Otra cosa, sí, es el duelo perinatal.
Muerte perinatal
La cuestión no se refiere al duelo perinatal, que es incuestionable.
El duelo perinatal suele ser un duelo negado y desautorizado, pero el aborto involuntario de un embarazo querido puede ser muy traumático.
El que la madre sienta haber perdido a un bebé es un sentimiento lícito y posible. Es un sentimiento, un desgarro.
“Duelo perinatal: un secreto dentro de un misterio”: “Aunque para la OMS el período perinatal se extiende desde las 22 semanas de gestación (154 días) hasta una semana de vida independiente, en la práctica y en la literatura sobre el tema, este período se amplía. Kowalski lo prolonga desde la concepción hasta el final del primer año de vida, lo que convierte en pérdidas perinatales al embarazo ectópico, al aborto espontáneo o inducido, a la reducción selectiva, a la muerte de un gemelo en gestación, al feto muerto intraútero o intraparto, a la muerte del prematuro, a la del neonato, y también a los bebés nacidos con anomalías congénitas o y los hijos cedidos en adopción. El concepto de pérdida perinatal rebasa el encuadre del periodo perinatal de la OMS e incluso de la pérdida por muerte”.
https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0211-57352011000100005
Embrión-feto, no bebé
La cuestión es transformar al embrión-feto en bebé.
La cuestión va del "nonnato" (el "unborn child" de Estados Unidos), del "niño", "bebé" perdido.
Si la salud del embrión-feto es más importante que la de la embarazada se incrementa la mortalidad materna.
La salud de la madre no es tan importante como la del bebé que crece en su interior.
La salud de la madre es MÁS importante que la del embrión/feto.
Entre otras cosas, de la salud de la madre depende la salud de toda su familia, incluyendo hijos previos.
Cuando se admite al embrión-feto como bebé, o "no nacido", se está convirtiendo a la madre en vientre, en simple portadora y "esclava" de su fruto.
El caso de la vacuna de la tosferina, la mujer embazada “sacrificada” en el altar de los beneficios de las industrias farmacéuticas
Al transformar al embrión-feto en bebé estamos aceptando una ideología que desprecia a la embarazada, una ideología que mata.
Por ejemplo, la vacuna de la tosferina es una vacuna necesaria pero muy defectuosa.
En lugar de mejorarla, se vacuna a la embarazada para proteger en sus primeros meses al bebé.
Es decir, la mujer se convierte en vientre que protege “al fruto de su vientre” PORQUE los Gobiernos del mundo entero toleran que no se mejore la vacuna de la tosferina (y llevamos décadas sabiendo su necesidad de mejora).
Lo que es peor, en España no existe la vacuna de la tosferina como tal, va en conjunto con la del tétanos y la de la difteria, así que la embarazada transformada en vientre se ve vacunada innecesariamente y en exceso porque la industria farmacéutica tiene en sus manos a los gobiernos, y el lenguaje transforma al embrión-feto en bebé.
Si una mujer tiene dos embarazos seguidos, en dos años puede recibir dos veces la triple vacuna (tétanos-difteria-tosferina), sólo por la captura de los gobiernos por las industrias farmacéuticas.
El lenguaje, de embrión-feto a bebé, ayuda a “exigir” ese sacrificio a la embarazada.
No habría que vacunar a la embarazada si la vacuna de la tosferina hubiera sido mejorada.
No habría que vacunar a la embarazada con triple vacuna si hubiera presentación aislada de la vacuna de la tosferina
El bebé exige una embarazada “perfecta”. Canadá, drogas en el pelo
El "bebé" merece, claro, una embarazada-madre perfecta.
¡Hay que quitarle la criatura si no es perfecta!
El ejemplo en Canadá de este "bebé-pensamiento", de poner a la madre después del embrión-feto, es el quitarle el bebé recién nacido a la madre que consume drogas ilegales durante el embarazo.
La deriva ideológica de "sentir" llevar un "bebé" ha hecho que se determine en el pelo del cuero cabelludo la presencia de drogas ilegales. En Ontario (Canadá), entre 2005 y 2015, se realizó tal prueba en 16.000 mujeres. Sus resultados se utilizaron para justificar la pérdida de custodia de los bebés.
Lamentablemente, se demostró con posterioridad que el análisis da resultados inconsistentes y que se aplicó desproporcionadamente en mujeres indígenas, racializadas, pobres y marginadas en general.
https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S095539591830269X
El bebé había que “defenderlo” de su madre, pero tal defensa era una ideología permanente contra la mujer “imperfecta”.
A la cárcel (o al patíbulo) la embarazada “imperfecta”. Estados Unidos
Si el embrión-feto es un bebé, una persona, en caso de “no cuidar bien al bebé”, la embarazada puede ser juzgada, encarcelada y en su caso condenada a la pena de muerte.
En Wisconsin (Estados Unidos), el embrión-feto ha sido transformado en "bebé no nacido", y la madre puede ser perseguida y encarcelada "si lo maltrata"; es decir, si por ejemplo consume drogas ilegales, o alcohol. Y dicha legislación se aplica, como en Canadá, con especial dureza a las embarazadas marginadas, como negras y pobres.
En Carolina del Sur (Estados Unidos), el embrión-feto convertido en "bebé", en "no-nacido", en "persona", puede llevar a considerar el aborto voluntario como un asesinato, y la embarazada ser condenada a pena de muerte.
https://www.propublica.org/article/legal-medical-impact-abortion-legislation-qa
En síntesis
Cuando se admite al embrión-feto como bebé, o "no nacido" se está convirtiendo a la madre en vientre, en simple portadora y "esclava" de su fruto.
Al transformar al embrión-feto en bebé estamos aceptando una ideología que desprecia a la embarazada, una ideología que mata.
Esto no tiene nada que ver con el aborto voluntario.
No tiene que ver tampoco con el duelo perinatal y su acompañamiento.
Tiene que ver con la salud de la mujer.
El confundir un embrión-feto con un "bebé" es una aberración que pone al embrión-feto por encima de la mujer.