El Mirador
La violación del secreto médico a través del acceso a la historia clínica de un paciente, no importa el objetivo de tal intromisión, lleva al comentarista a poner en cuestión determinadas actuaciones profesionales y le llevan a apuntar a procesos eugenésicas.
¿Quién tenía la información? Los médicos
La eugenesia vuelve con fuerza y, como siempre, de la mano de los avances científicos. La eugenesia hunde sus raíces en la teoría de la evolución y se difundió y aplicó en el mundo entero.
Se suelen recordar las atrocidades de los nazis en Alemania, tipo esterilización y "eutanasia" forzada (e incluso asesinato) de pacientes variados, "defectuosos" en lo físico y/o mental, por cientos de miles. Pero la segunda potencia mundial en número de intervenciones para "mejorar la raza" fue Estados Unidos, donde se prohibieron los matrimonios interraciales hasta 1967. Es cierto que tal prohibición se sustentaba en una ideología racista, pero su fundamento científico fue eugenésico. También la eugenesia justificó la esterilización de miles de "imbéciles", por ejemplo en el estado de California (un ejemplo para los alemanes nazis). Y la eugenesia influyó en las normas para controlar la inmigración a Estados Unidos y evitar el acceso de individuos de razas inferiores del sur de Europa, por ejemplo http://es.wikipedia.org/wiki/Eugenesia
Los médicos fueron (y son) los profesionales que deciden la "normalidad" de conductas y situaciones.
En esta brutalidad organizada colaboraron políticos, científicos, biólogos y sobre todo médicos. Los médicos fueron (y son) los profesionales que deciden la "normalidad" de conductas y situaciones. Los médicos dieron (y dan) el sustento científico y práctico para llevar a cabo las políticas de eugenesia.
La pregunta es: ¿quién tenía la información sobre los "imbéciles", discapacitados físicos y mentales y otros "enfermos"?
La respuesta: los médicos.
Los médicos del mundo entero colaboraron en el movimiento eugenésico que se aplicó con la misma brutalidad en Alemania y Estados Unidos que en Australia, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Noruega, Reino Unido y Suecia, por ejemplo.
Los médicos tenían la información sobre los "imbéciles", discapacitados físicos y mentales y otros "enfermos". Los médicos colaboraron acreditando las condiciones precisas para la esterilización forzosa de sordos, esquizofrénicos, "antisociales" y muchas otras personas que perdieron sus derechos en el altar de la eugenesia.
Decisiones morales e ideológicas aparentemente fundadas en la ciencia médica
El criterio de "normalidad" conlleva un juicio moral y una opción ideológica. A quienes no quieren verlo les parece que no, que sencillamente "tiene fundamento científico". Como corolario de la "normalidad" surge la "anormalidad", que en muchos es "lo malo", contrario de "lo bueno". Por ejemplo, estar delgado es "lo normal" y, además, "lo bueno". Y ser gordo es "anormal" y "lo malo". Como mucho se rebaja tal brutalidad a considerar la situación "ideal" de un peso definido para una talla dada, pero sucede lo mismo, los pesos que no se incluyen en ese ideal son "desviaciones".
El criterio de "normalidad" conlleva un juicio moral y una opción ideológica
Quien es normal e ideal se siente en una posición moral superior a quien es "anormal" y se "desvía" de la mejor situación.
Naturalmente, la moralina contra la obesidad se justifica con el fundamento científico de que la obesidad se asocia a mayor mortalidad, lo que es falso https://www.actasanitaria.com/obesos-del-mundo-unios-contra-el-estigma-y-la-discriminacion/
Pero no importa, la superioridad moral de los delgados se impone sin más, pues además suelen ser de clase alta, la clase que suministra el mayor número de "autoridades". Por el contrario, los obesos suelen ser pobres y casi "esclavos", pues la obesidad es un problema social y político, de desigualdad social, de diseño urbano fundado en el transporte privado por la influencia de las industrias automovilísticas, y de defectuosa alimentación por influencia de las industrias que producen basura para comer y beber (Coca Cola, McDonald, Kellog's y otras muchas).
La ciencia médica da justificación a decisiones como la de negar y/o recortar los beneficios laborales a quienes tengan problemas de salud como obesidad, alcoholismo o drogadición en general. Desde la superioridad moral de quienes son autoridad (de clase alta y de derechas) en el Reino Unido se amenaza a quienes están enfermos con recortarles las ayudas si no aceptan y cooperan en los tratamientos previstos http://www.theguardian.com/politics/2015/feb/14/david-cameron-obese-addicts-accept-help-risk-losing-benefits?CMP=share_btn_tw
Por supuesto, esos pacientes suelen ser pobres, de clase social baja y a veces de izquierdas. Por supuesto, no gozan de estilo de vidas saludables porque sus condiciones de vida suelen ser miserables. Es aquello de Goya de "Tú que no puedes, llévame". Se castiga a la víctima, y además con superioridad moral, pues se considera que su problema de salud no es tal sino una desviación, una anormalidad, algo malo, casi un pecado.
La pregunta es: ¿quién tiene la información sobre los gordos, alcohólicos y drogadictos?
La respuesta: los médicos.
Insisto, la pregunta es: ¿quién tiene la información sobre los gordos, alcohólicos y drogadictos en el Reino Unido?
La repuesta: los médicos.
Pregunto, para refinar: ¿quién tiene la información sobre los gordos, alcohólicos y drogadictos en España?
La respuesta: los médicos.
Los médicos de los pacientes y los médicos inspectores de las bajas laborales; en Cataluña los médicos del ICAM (Institut Català d'Avaluacions Mèdiques) http://www14.gencat.cat/sacgencat/AppJava/organisme_fitxa.jsp?codi=13404 que entran como Pedro por su casa a "inspeccionar" las historias clínicas electrónicas completas de los pacientes de baja (sin que los pacientes lo sepan, ni se les pida permiso nunca, ni se les notifique siquiera posteriormente).
Los inspectores ahora notifican "retroactivamente" de sus actividades intrusas cuando citan al paciente para revisión
Algo parecido se hace en Andalucía, y parece que se fundan en un Decreto-Ley de julio de 2014, que habla de "acceso preferentemente telemático a la documentación clínica del paciente". El grupo de ética de la Sociedad Catalana de Medicina de Familia ha puesto el grito en el cielo, como el Foro Catalán de Atención Primaria
https://focap.wordpress.com/2014/11/03/es-perd-la-confidencialitat-de-la-historia-clinica-i-tu-que-hi-dius/
https://ecamfic.wordpress.com/2014/11/02/lacces-dels-metges-inspectors-de-licam-a-la-historia-clinica-posa-en-perill-la-confianca-dels-ciutadans-en-nosaltres/
Algo han conseguido, y los inspectores ahora notifican "retroactivamente" de sus actividades intrusas cuando citan al paciente para revisión, por ejemplo. Es, claramente, una aberración que atemoriza a médicos y pacientes y que destruye la esencia de la relación clínica, esa confianza que hace sagradas las consultas.
El derecho a saber instantáneamente quién, cuándo y porqué accede a la historia clínica (electrónica o en papel)
El médico tiene el deber del secreto, y el paciente el derecho de la confidencialidad. Cuando se accede indebidamente a la historia clínica se rompe el secreto médico y se lesiona la confidencialidad del paciente http://www.fcs.es/docs/publicaciones/guia_final_pdf.pdf
Cuando se accede indebidamente a la historia clínica se rompe el secreto médico y se lesiona la confidencialidad del paciente
El paciente confía en su médico, y expone su piel y su alma en unos minutos de entrevista, en un intenso "cuerpo a cuerpo" que más parece un encuentro de alto voltaje emocional que científico-profesional. El médico tiene el consentimiento tácito para explorar el campo abierto e ir más allá de la superficie corporal y del brillo espiritual y traspasar las fronteras del cuerpo y de la mente. Lo que pocas veces se revela, lo que casi nunca se dice en otros contextos, es el contenido habitual de la consulta médica. De la enfermedad sexual a las miserias económicas, del duelo al dolor amenazante, del paro al vértigo, del embarazo a la muerte, de la angustia vital al horror de la infidelidad conyugal, nada es ajeno a la consulta del médico de cabecera. Por ello el acto clínico es siempre sagrado http://equipocesca.org/consultas-sagradas-serenidad-en-el-apresuramiento/ y el acceso al registro en la historia clínica es una violación de lo íntimo, pues lo que consta se ha manifestado a un médico de confianza, en un momento especial y con un fin concreto.
Por eso es delito el acceso indebido a la historia clínica y hay médicos que están en juicios y condenados por haberse excedido al respecto http://ultimahora.es/sucesos/ultimas/2015/01/22/142635/juzgado-medico-por-entrar-historias-clinicas-companeros.html http://menorca.info/menorca/local/2015/490143/tres-anos-tres-meses-carcel-para-medico-por-descubrimiento-secretos.html
El paciente se desnuda en cuerpo y alma en la consulta, y más intensa y profundamente que en cualquier otra situación vital. Es un delito violar el carácter sagrado de la consulta médica y "pasearse" sin necesidad e impunemente por la historia clínica de pacientes ajenos.
Muchos médicos (y otros profesionales) cometen delito al entrar "a cotillear" en las historias clínicas de compañeros y de pacientes "especiales".
Al hablar de cotilleo pretenden rebajar el delito, pero sigue siendo delito, un grave delito, una inmoralidad, un insulto al profesionalismo y al Código Deontológico.
Es un delito violar el carácter sagrado de la consulta médica y "pasearse" sin necesidad e impunemente por la historia clínica de pacientes ajenos.
Ese delito es tan frecuente que para los propios médicos y profesionales sanitarios resulta un problema ser atendidos en un lugar más o menos conocido por algún asunto sensible, como enfermedad metal no enfermedad sexual. En minutos todo el mundo ha entrado a cotillear en la historial clínica electrónica del paciente-compañero. Es decir, todo el mundo ha cometido un grave delito.
Para evitar ese cotilleo, que es delito, las autoridades y los personajes populares son atendidos sin historia clínica electrónica y sin dejar rastro.
¡Qué degeneración moral refleja tener que tomar medidas de este estilo! ¡Qué demostración de falta de profesionalismo!
Por eso en Navarra y en el País Vasco el sistema sanitario hace búsquedas aleatorias para comprobar que el acceso a las historias elegidas ha sido "legítimo".
¿Es legítimo que entre el inspector a las historias clínicas completas de los pacientes de baja?
¿Para qué? ¿Por qué?
Si tuviera alguna duda le bastaría con establecer contacto con el médico de cabecera, y si acaso incluso con el propio paciente.
¿O están pensando en Cataluña en las medidas tipo Reino Unido de supremacía moral en la obesidad, alcoholismo y/o drogadicción? Desde luego, como allí, los políticos son la selección de la hez de la sociedad y no es extraño que tengan esta deriva eugenésica.
¿Entrarán luego en las historias clínicas electrónicas para dar "facilidades" a las esterilizaciones de, por ejemplo, quienes tengan síndrome de Down, o enfermedad de Huntington?
Estos políticos creen que pueden ser siempre corruptos e impunes.
Hay que reclamar transparencia.
En el caso de las historias clínicas electrónicas, lo mínimo es que el paciente tenga derecho a saber instantáneamente quién, cuándo y porqué accede a su historia. Basta una mensajería electrónica (SMS, wathapps, correo-e, o similar), una llamada telefónica, o en último término una notificación postal. Bastaría, también, con que el paciente tuviera acceso continuo y directo a su historial electrónico con sus anexos.
¿O se pretende mantener la impunidad tras la violación de la confidencialidad del paciente y del secreto del médico?