
De este modo lo asegura Lilly, que sostiene que estos dos principios activos no son sólo eficaces para tratar la tuberculosis, "sino también para prevenirla", ante lo que la empresa, en el momento de constatarlo, buscó una solución a largo plazo para poder cubrir la demanda, siendo ésta la de "compartir su tecnología de fabricación y conocimiento a siete fabricantes", indican.
En este sentido, el presidente y director Ejecutivo de Lilly, John Lechleiter, expone que el laboratorio al que representa "va más allá el mero hecho de suministrar los medicamentos". Así, apuesta por "establecer un suministro sostenible y de alta calidad de los dos medicamentos antituberculosos de Lilly, mantener la fabricación más cerca de la gente que más necesita los medicamentos, aumentar el volumen y la capacidad de fabricación global, y reducir los costes de fabricación para fomentar un acceso más asequible".
En la misma línea se muestra el vicepresidente de Programas de Salud Global de la entidad, el doctor Evan Lee, que sostiene que el acceso sostenible a medicamentos de calidad garantizada ha sido el objetivo "durante todo este proceso", y que concluye afirmando que los siete socios de Lilly "ya han recibido las aprobaciones regulatorias pertinentes, incluso las incluidas en el programa de precalificación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras entidades regulatorias estrictas, para suministrar medicamentos a personas con tuberculosis multirresistente".