Los integrantes del comité científico de esta octava edición fueron el doctor Antonio Valero, quien es miembro del Hospital Clínic de Barcelona; el doctor Santiago Quirce, quien trabaja en el Hospital Universitario La Paz de Madrid; y el doctor Julio Delgado, quien es miembro del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla.
Bajo el lema 'Centrados en el paciente', Julio Delgado explica que se profundizó "en aspectos no incluidos en las herramientas clínicas habituales que valoran el control de la enfermedad asmática, pero que están presentes en el día a día de nuestros pacientes, facilitando herramientas para ver el asma como la ve el paciente y acercando esta visión a los paradigmas que habitualmente empleamos los clínicos”.
Para ello, la jornada se dividió en tres mesas en las que se valoró la visión del paciente, la visión del médico y la necesaria colaboración de ambos para un adecuado resultado en salud. Una de las primeras cuestiones abordadas consistió en conocer la forma en que el paciente percibe su enfermedad.
Infravalorar la gravedad
A este respecto, Santiago Quirce comentó que "el paciente asmático tiende a infravalorar la gravedad de su enfermedad y a sobrevalorar el grado de control. A menudo, tiende a quitarle importancia a sus síntomas y no suele detectar a tiempo o no valora adecuadamente los factores de riesgo para sufrir exacerbaciones. No obstante, los casos de asma grave refractaria al tratamiento son muy conscientes de la gran limitación que sufren y de que su calidad de vida está muy afectada”.También se dieron a conocer, durante este encuentro patrocinado por Chiesi, los síntomas que más afectan a los pacientes con asma. Por este orden son disnea, tos, sibilancias, opresión torácica y despertares nocturnos. “No obstante, lo que más les preocupa y trastorna más sus vidas y desempeño personal y social son las exacerbaciones o ataques de asma, que pueden llevarlos a Urgencias o precisar ingreso hospitalario o en UCI. La limitación para poder hacer ciertas actividades cotidianas, esfuerzo físico, ejercicio, tiene un gran impacto en su calidad de vida, especialmente en pacientes con asma grave”, subrayó Quirce.
Respecto al papel del médico en esta patología, este facultativo indicó que "puede ayudar a reforzar el paradigma", ya que "la educación sobre la enfermedad es fundamental y se ha mostrado efectiva en reducir las exacerbaciones y mejorar el control”. Para que esta educación sea efectiva, concretó que "debe ser estructurada y repetida. Además, los pacientes con asma deben tener planes de acción por escrito sencillos y claros. Otro aspecto clave es acordar o negociar con el paciente los objetivos terapéuticos, para que se sientan partícipes y parte activa en el automanejo de la enfermedad”.