Los trastornos funcionales neurológicos, según explican desde el hospital, "a pesar de ser frecuentes, no son tan conocidos como otras enfermedades neurológicas". Dentro de su espectro se encuentran los del movimiento funcional, que representan "hasta el 18 por ciento de los pacientes valorados en unidades especializadas en trastornos del movimiento", que pueden presentar temblor, posturas anormales o problemas para caminar que lleguen a causar "una discapacidad importante".
La diferencia en relación con otros trastornos neurológicos, como la enfermedad de Parkinson, "es que los trastornos del movimiento funcional no están causados por lesiones estructurales, inflamatorias, inmunológicas o metabólicas del sistema nervioso", señala la neuróloga y directora del Programa de Trastornos del Movimiento del Hospital Ruber, la doctora Mónica Kurtis.
"La estructura del sistema nervioso, cerebro, médula espinal, nervios periféricos, es normal, no está dañada, sin embargo el sistema nervioso no es capaz de funcionar correctamente, de mandar el mensaje adecuado para controlar los movimientos del cuerpo", detalla la especialista del Institute of Neurology Queen Square de Londres, la doctora Isabel Pareés, incorporada recientemente al equipo de Ruber.
Evolución del tratamiento
Históricamente, indica la doctora Mónica Kurtis, estos trastornos se abordaban desde una perspectiva únicamente psiquiátrica, considerados el resultado de convertir dificultades emocionales en síntomas físicos. "Han recibido múltiples nombres: trastornos del movimiento conversivos, trastornos del movimiento psicógenos, no orgánicos, disociativos, médicamente no explicados", manifiesta la especialista, para quien ello refleja "la falta de comprensión de los mecanismos subyacentes a estos trastornos por parte de la comunidad médica"."Hoy se entiende que estos pacientes padecen síntomas reales, que no son 'imaginados' como se ha llegado a decir en el pasado y por tanto el papel del neurólogo es creerles y ayudarles", afirma la doctora. Coincide el Jefe del Servicio de Neurología del Hospital Ruber, el doctor Oriol Franch, quien asegura que "hace años, apenas se oía hablar de los trastornos funcionales en congresos científicos", mientras que "actualmente, copan sesiones plenarias y existe un congreso anual internacional dedicado exclusivamente a ellos".
Conforme se avanza en su conocimiento, incide la doctora Isabel Pareés, se pone de manifiesto el hecho de que los pacientes con trastornos del movimiento funcionales son "muy heterogéneos". "Mientras las dificultades emocionales pueden estar presentes y ser importantes en algunos pacientes, esto no es algo universal, lo que da cabida a una visión más integral de estos síntomas donde factores biológicos y sociales también son importantes", señala, "por ese motivo es recomendable realizar un abordaje multidisciplinar, individualizando el tratamiento para cada paciente".
Un abordaje multidisciplinar
Así, la nueva Unidad del Hospital Ruber, cuenta, además de con un equipo especializado en Trastornos del Movimiento, con fisioterapeutas, psicólogos clínicos y psiquiatras con formación específica, y en ella "se realiza una valoración completa del paciente y se explica detalladamente el diagnóstico de los síntomas, ya que la comunicación y comprensión del diagnóstico es un paso inicial determinante para el tratamiento", según explica la doctora Isabel Pareés.Asimismo, "se diseña un plan de tratamiento a medida de cada paciente dependiendo de sus características y que puede incluir medicación, rehabilitación física específica como forma de reentrenamiento de los patrones de movimientos y/o terapia psicológica". "Este manejo multidisciplinar e individualizado está en línea con el realizado en otras unidades especializadas en Reino Unido o Estados Unidos y con las recomendaciones terapéuticas publicadas en los últimos años, cuyo objetivo final es optimizar el manejo terapéutico y mejorar la calidad de vida de los pacientes con trastornos del movimiento funcional", concluye Isabel Pareés.