
Con motivo del Día Mundial sin Tabaco, el doctor Allan Sam, jefe del Servicio de Neumología de MD Anderson Cancer Center Madrid, ha manifestado que “usar el cigarrillo electrónico como un método para dejar de fumar es un error con consecuencias graves para la salud”, pues, según señala, la mayoría de esos dispositivos contiene más nicotina que el tabaco normal, lo que genera más adicción y dependencia cuando se intenta dejar. “No son una solución y no se sabe a largo plazo los efectos que tendrán en la salud”, sostiene el especialista, quien reconoce que originalmente estos cigarrillos electrónicos se inventaron como terapia para dejar de fumar. “Nacieron como un sustituto que simulara el hecho de volver a echar humo, pero al añadirles más carga de nicotina que la que lleva el cigarrillo normal, resultan más adictivos”, alerta. Estos cigarrillos electrónicos también se conocen como vapeadores, ya que generan un vapor de agua que recuerda al humo del tabaco tradicional.

