
El relevo de Cristina Cifuentes al frente de la Comunidad de Madrid era la crónica de una muerte anunciada, aunque su decisión de dimitir casi de improviso ha supuesto una sorpresa por su resistencia numantina a permanecer en el cargo y no ha dejado de ser la comidilla política de las últimas horas.
Con Cristina Cifuentes se va el megaproyecto de renovación hospitalaria de la región y, sobre todo, el que, según la noticia difundida oficialmente, iba a construir ella personalmente, el nuevo Hospital La Paz ("Cifuentes construirá un nuevo Hospital La Paz..."). Y se va con ella porque no pasaba de ser una imaginación suya sin presupuesto alguno.
Desde el punto de vista sanitario, la presidencia de Cifuentes ofrece dos caras diferentes: por un lado, cómo trató de hacer propios algunos planteamientos de la oposición, como el del buen gobierno de los hospitales; y, por otro, cómo se han ignorado acuerdos de la Asamblea de la Comunidad, como si su gobierno estuviera por encima de la máxima institución de representación ciudadana. Sobre esto último, aunque hay más, pueden citarse dos ejemplos: el no cumplimiento de lo acordado en relación con la muerta digna y, por supuesto, el seguir adelante el proyecto de nuevo Hospital La Paz, cuando hace unos días la Asamblea paralizó el magno proyecto hospitalario de Cifuentes, en el que se incluye La Paz.
Por otro lado, y lo señala el sindicato SATSE Madrid, son muchos los asuntos pendientes de respuesta y que se han visto paralizados por la situación de incertidumbre generada por Cifuentes. Entre los temas urgentes figura la Oferta Pública de Empleo (OPE), que tiene fecha de 12 mayo de 2019 y que todavía no ha sido publicada en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid. También existe incertidumbre sobre lo que vaya a pasar con la carrera profesional. Y un suma y sigue difícil de cuantificar.
Cristina Cifuentes ha sido hábil para sacarse de la manga proyectos sin presupuesto, con los que ha engatusado a los ciudadanos. Pero a fuerza de engaños ha terminado cayendo ella.