Las farmacias sevillanas se disponen a mejorar la información de las mujeres en materia de ingesta de medicamentos durante el embarazo y la lactancia. La iniciativa se ha puesto en marcha tras observar que muchas de las consultas que llegan al Centro de Información del Medicamento, CIM, del Colegio de Farmacéuticos de Sevilla, albergan creencias erróneas en el sentido de que la mayor parte de las mujeres, e incluso muchos profesionales sanitarios, consideran que en lo que se refiere a ingesta de medicamentos, embarazo y lactancia vienen a ser lo mismo, cuando la realidad es que en el embarazo ningún medicamento es totalmente seguro y en cada caso deben evaluarse los riesgos y beneficios, mientras en la lactancia existen medicamentos seguros en prácticamente todos los grupos terapéuticos.
A raíz del análisis de dichas consultas, el Colegio ha puesto en marcha una acción formativa sobre “Indicación Farmacéutica en Embarazo y Lactancia”. El objetivo es mejorar las habilidades de comunicación del farmacéutico con la mujer en este periodo de su vida, y actualizar sus conocimientos sobre el perfil de seguridad de un número importante de medicamentos.
Etapas distintas
Según los datos recogidos por el CIM, el principal error es “unir embarazo y lactancia como si fuera la misma etapa, con las mismas características en cuanto a ingesta de medicamentos”. Un hecho que puede deberse en buena medida a la interpretación literal que se hace de la frase recogida en los prospectos de muchos fármacos: “En embarazo y lactancia, consulte con su médico o farmacéutico”.Sin embargo, subraya la institución colegial, el embarazo y la lactancia son dos etapas completamente diferentes; así, mientras que en la primera ningún medicamento es totalmente seguro y en cada caso deben evaluarse los riesgos y beneficios, en la lactancia existen medicamentos seguros en prácticamente todos los grupos terapéuticos.
Efectos impredecibles
Esta diferencia es debida a que en el embarazo el bebé se está formando, la concentración del medicamento en sangre es igual en la madre y en el feto y, además, los efectos secundarios del medicamento sobre la criatura son potencialmente impredecibles; en la lactancia, en cambio, el medicamento en sangre de la madre pasa a la leche, de la leche al estómago del niño y de ahí a la sangre del bebé, con lo que en la inmensa mayoría de los casos se pierde prácticamente la totalidad del medicamento a lo largo del proceso.Además, durante esta segunda etapa, el bebé ya está formado, por lo que no existe peligro de malformaciones; un posible cuadro intoxicación en el menor es predecible, ya que los efectos secundarios del medicamento en la madre son los mismos que tendría el bebé. Desde el Colegio de Farmacéuticos de Sevilla se recomienda a todas aquellas embarazadas o que estén dando el pecho a sus bebés, consultar siempre posibles dudas en su farmacia habitual.