Ambas entidades pretenden, de esta manera, "evitar la aparición de resistencias antimicrobianas, un importante problema de Salud Pública global que ya genera 2.500 muertes anuales en España y que, de seguir la actual dinámica, podría ser la causa de un millón de decesos tan sólo en Europa en el año 2050".
"Las vías de colaboración establecidas pretenden aunar el potencial y la capilaridad de la red de oficinas de Farmacia andaluzas (existen más de 3.900 en toda la comunidad, en las que desarrollan su labor asistencial más de 9.000 profesionales farmacéuticos), así como la experiencia acumulada por PIRASOA tanto en la red hospitalaria como de Atención Primaria. Esta colaboración se traduce, esencialmente, en el establecimiento de estrategias de comunicación y formación", expresan desde el CACOF.
Así, la última semana de septiembre dará comienzo una actividad de formación en todo el país, dirigida a los farmacéuticos comunitarios con el objetivo de que mejoren y actualicen sus destrezas profesionales en todo lo relativo a información, consejo y vigilancia farmacéutica en torno a los antimicrobianos.
Más de tres años de programa
“El farmacéutico juega un papel clave a la hora de mejorar el uso que hacen los ciudadanos de los antibióticos, precisamente en un país que se encuentra entre los primeros del mundo en consumo de estos fármacos y, en consecuencia, también en el desarrollo de resistencias bacterianas”, explica Emilio García, que es uno de los editores del curso y representante del CACOF en el Comité Científico de PIRASOA, en relación con los datos que indican que en España se consume entre un 40 y 50 por ciento más de antibióticos que en el resto de Europa.Por último, recuerdan los intervinientes en este acuerdo que el programa PIRASOA, desde que se inició hace tres años y medio, ha conseguido mejorar el uso de los antimicrobianos reduciendo su consumo en un 18,4 por ciento en los hospitales y en un 17 por ciento en Atención Primaria, además de optimizar también el perfil de prescripción al haber aumentado el consumo de antibióticos con menor impacto ecológico y reduciendo los de mayor impacto